La Eurocopa ha regresado en Budapest a la época prepandémica. Después de meses y meses manteniendo la distancia social, evitando las aglomeraciones, todo ello ataviados con la inseparable mascarilla, ver las imágenes de este martes en el Puskas Arena con 67.000 almas en las gradas ilusionan y chocan a la vez. Hungría es el sexto país de la UE con menos incidencia de casos de covid-19 y allí la nueva normalidad ha permitido el cien por cien del aforo. Es la única sede del torneo que no ha puesto restricciones al respecto. Seguro que ha sido una delicia para los jugadores, que también han vuelto al fútbol de antes. Aunque más para los locales, que han sido llevados en volandas. En este escenario, con un público entregado al combinado magiar, ha transcurrido el primer partido del grupo F, el de la muerte, donde Portugal, el vigente campeón, se ha tenido que emplear a fondo para superar al rival teóricamente más débil, ya que Francia y Alemania, a las que se tendrán que medir próximamente los lusos, son palabras mayores. Hasta el minuto 83 el 0-0 parecía cantado, pero Rafael Guerreiro, de rebote, y acto seguido Ronaldo, primero de penalti y luego al remachar una jugada coral, han solucionado el embrollo.

El guion del partido ha sido claro desde el primer momento. Marco Rossi ha montado un entramado defensivo, con sus jugadores empleándose al límite de la legalidad, para intentar contener el fútbol ofensivo de Portugal. Fernando Santos ha sentado en el banquillo a Joao Félix y ha apostado en su lugar por Bernardo. La gran novedad ha sido la entrada en la medular de William Carvalho. La defensora del título no ha tardado en probar a Gulacsi. El portero húngaro ha respondido con nota a un disparo cruzado de Jota, que con Cristiano Ronaldo libre de marca a su lado, se la ha jugado. CR7, que se ha convertido en el primer jugador en participar en cinco Eurocopas, no ha gesticulado como acostumbra. Seguro que ha pensado que iba a disponer de más ocasiones. Pero estas se han producido a cuentagotas.

Poco a poco, los locales, llevados en volandas por sus seguidores, que lo han protestado todo al árbitro turco, se han animado a atacar. Aunque han tirado de fe más que de otra cosa. La ha vuelto a tener Jota, a cinco minutos del descanso. El jugador del Manchester United ha recibido un buen servicio de Semedo dentro del área y a la media vuelta, de nuevo Gulacsi ha salvado a Hungría. Acto seguido, Cristiano ha dispuesto de la ocasión más clara del duelo. El atacante de la Juventus, en el borde del área pequeña, no se ha esperado que el balón llegara a su posición y con el guardameta batido, lo ha mandado a las nubes.

DE LA DESESPERACIÓN A LA GOLEADA

DE LA DESESPERACIÓN A LA GOLEADAConscientes de que un punto en un grupo con Alemania y Francia no es un gran botín, los lusos han comenzado la segunda parte decididos a abrir la lata. Con presión alta y un juego muy directo, los magiares se han encerrado descaradamente. Szalai arengaba a las gradas mientras Cristiano y compañía se desesperaban, incapaces de superar el muro magiar. La cenicienta del grupo había salido contestona.

Pero cosas del fútbol, cuando parecía cantado el 0-0 en el marcador, la suerte ha acompañado al defensor del título. Rafael Guerreiro, de rebote en el minuto 84, y acto seguido Cristiano Ronaldo, de penalti primero, y después al remachar una buena jugada coral de los lusos, ha certificado una goleada engañosa. Por cierto, CR7 ya es el máximo goleador de la historia de la Eurocopa con once goles.