- Gipuzkoa celebró a pie de calle y sin grandes aglomeraciones el título de la Real. Sin ningún acto oficial ni institucional, con el objetivo de cumplir las medidas sanitarias que obliga la pandemia. El avión que trasladaba a los txuri-urdin aterrizó ayer pasadas las dos de la tarde. Posteriormente, los campeones completaron en autocar el trayecto hasta las instalaciones de Zubieta. La Ertzaintza ya había advertido de que el acceso tanto el aeropuerto como a las instalaciones realistas iba a estar restringido para el público. No obstante, centenares de realistas se las arreglaron para saludar desde la distancia a los integrantes del equipo. Afortunadamente, no se registraron imágenes como las de la salida hacia Sevilla del pasado viernes, y el recibimiento se desarrolló de forma acorde a las actuales circunstancias sanitarias.

Nada más aterrizar el avión en Hondarribia, a las 14.15 horas, Oyarzabal e Illarramendi bajaron la escalinata con el trofeo. Tras ellos, lo hicieron Aperribay, Olabe e Imanol, convirtiéndose los cinco en la representación de toda la expedición txuri-urdin. Poco después de las tres, la Copa y sus protagonistas ya estaban en casa, en las instalaciones de Zubieta, habiendo vivido un trayecto movido y marcado por la cantidad de vehículos que secundaron al autocar tocando el claxon.

Los festejos multitudinarios en Alderdi Eder o la Plaza Gipuzkoa tocará dejarlos para otra ocasión, pues manda la pandemia y parece evidente que, en las circunstancias actuales, generarían aglomeraciones muy poco recomendables.