La temporada del regreso del Euskaltel-Euskadi a la élite, la que se suponía más naranja, la que salió disparada de la sala de partos de San Mamés en una presentación multitudinaria, arropada la criatura por el calor de la buena nueva y los años felices que fueron y los que vendrían, quedó colgada de la percha de la incertidumbre por la aparición del coronavirus, la pandemia que se cuela en los sueños de todos vestida del hombre del saco. La ciencia, bendita sea, parece haber con la vacuna contra el covid-19 y eso despeja en buena medida 2021.

Cuando salió del confinamiento, el ciclismo supo gestionarse entre burbujas, mascarillas y distancia social, pero para entonces el leviatán de nuestra era había fagocitado un pelotón de carreras. Del cartel se cayó la Itzulia, la carrera guía para el Euskaltel-Euskadi. “La Itzulia es nuestro Tour”, subraya Jesús Ezkurdia, mánager del equipo, ante la campaña venidera. “Es nuestro gran objetivo del año. Es la carrera de casa y la pasada campaña no pudimos estar en ella por todo lo que pasó”, recuerda Ezkurdia. Aunque el equipo despertó con buenas actuaciones en Mallorca, la Itzulia era la cita para la puesta de largo del Euskaltel. Era la gran cita y la compañía de telefonía vasca tenía la intención de repartir millares de camisetas entre la afición para colorear de naranja las cunetas de Euskal Herria.

Para el curso que viene, el recorrido en el almanaque será similar para una formación obligada a desdoblarse para poner pie en varios frentes. Mallorca, a finales de enero, será el punto de ignición para doblar con Valencia y Estrella de Besseges y discurrir después con las clásicas de Almería y Murcia antes de conectar con la Vuelta a Andalucía y la Vuelta al Algarve, que comparten fechas, en febrero. Euskaltel-Euskadi también tiene en mente competir en el Tour de Colombia, entre el 9 y 14 de febrero, una nueva aventura para la formación.

En marzo pespunta la Volta a Catalunya, del 22 al 28 de marzo, y la Semana Coppi-Bartali como ejes competitivos de la escuadra vasca. Después, en abril, llegará el nudo gordiano para el Euskaltel-Euskadi. Lo nuclear. El Gran Premio Indurain, la Itzulia (del 5 al 10 de abril) y la Klasika de Primavera, si se retoma. “La primera parte de la temporada es muy importante para nosotros. Queremos empezar bien, tal y como hicimos el año pasado y llegar lo mejor posible a la Itzulia, que es nuestro gran objetivo porque es nuestra carrera”, desentraña Ezkurdia.

Consciente de que el inicio de campaña se antoja fundamental, el mánager del Euskaltel-Euskadi mira hacia la Vuelta a España sin disimulo. Ese es el otro gran reto. Se antoja necesario para el proyecto. “Sabíamos que estar el año pasado era casi imposible, pero esta temporada es importantísimo para nosotros correr la Vuelta para seguir creciendo. El equipo tiene estabilidad pero este es un proyecto que necesita crecer y la Vuelta es el siguiente paso”, subraya Ezkurdia, consciente, no obstante, de la dificultad de obtener una plaza. La Vuelta solo concede tres invitaciones.

Una de ellas es para el mejor equipo Pro Team del curso pasado, el Alpecin de Van der Poel. La otra invitación estaría adjudicada al Burgos-BH aunque no es oficial. Conviene recordar que la Vuelta de 2021 partirá desde el interior de la Catedral de Burgos y la carrera discurrirá durante tres días por tierras burgalesas. Así las cosas, la única invitación disponible supondría un pleito entre el Euskaltel-Euskadi y el Caja Rural. Solo la renuncia del Alpencin, puesto que los WorldTour tienen la obligación de correr las grandes, dejaría hueco a ambas estructuras. La incógnita de esea lucha en la carretera deberá esperar a ser resuelta.

Para afrontar la “ilusionante” campaña, el Euskaltel-Euskadi mantiene el dibujo del pasado curso, si bien sobresale la incorporación de Luis Ángel Maté, un corredor muy experimentado que deberá servir como libro de estilo para los más jóvenes del equipo mientras estos maduran. “Queríamos un corredor experimentado que enseñara a los jóvenes y en Maté entra en ese modelo”, describe Ezkurdia. Si Maté es la experiencia y el relevo de Rubén Fernández, Xabier Mikel Azparren es la novedad. El guipuzcoano accede a la plantilla naranja desde el Laboral Kutxa, filial del Euskaltel. El resto continúa en el seno de un equipo asentado, pero que pretende seguir creciendo para evolucionar.