l éxito no está en la cumbre, está en el camino”. Esa es la frase que Alberto Iñurrategi escoge del cómic editado por Sua Edizioak (en euskera y castellano) y publicado en el contexto del XIII BBK Mendi Film Bilbao Bizkaia. Hermanos Iñurrategi, un latido en la montaña es un recorrido por la cordada que tanto Alberto como Félix formaron dentro y fuera del alpinismo. Es un viaje por la historia de dos hermanos a los que la montaña les dio las máximas alegrías y la más absoluta de las desgracias; pero que sobre todo les entregó a toda una familia. “El cómic narra sencilla y llanamente cómo dos hermanos consiguieron hacer de todo Euskadi una única familia porque eran algo tan personal y tan único los afectos y los lazos que conseguían con las personas...”, explica Javier Baraiazarra, director del festival de cine de montaña.
Cuando al Mendi Film se le presentó la oportunidad de realizar un segundo tomo de la historia del alpinismo vasco -el primero, Everest expedición vasca 1980. Todo un pueblo en la cumbre, se publicó en la edición pasada-, Baraiazarra supo al instante que sería protagonizado por los Iñurrategi.
Porque los hermanos consiguieron que Euskadi latiera al unísono con cada paso suyo por la montaña. Porque lograron colocar al alpinismo vasco en las cumbres más altas del planeta. Pero, sobre todo, porque este año se cumple el vigésimo aniversario de la desaparición de Félix. El 28 de julio del 2000, el mayor de los Iñurrategi se dejó la vida en la cordillera del Karakorum tras ascender su duodécimo ochomil: el Gasherbrum II. La noticia conmocionó a familiares y amigos. A Aretxabaleta y a Gipuzkoa. A todo un pueblo y al mundo entero. Así que este cómic, tal y como reconoce Baraiazarra, también es “un homenaje a Félix y a todos los que han llevado su mismo estilo. Su muerte dejó consternado a todo el país y a toda la sociedad como creo que no lo ha hecho la muerte de nadie más. Recuerdo que fue un shock absoluto. Así que en este 20 aniversario, este cómic tenía que ser de los Iñurrategi”.
Con el guion de Ramon Olasagasti -traducido al castellano por Ander Izagirre- y las ilustraciones de César Llaguno, esta obra relata los primeros pasos de los hermanos por la montaña. Esos viajes a los Pirineos cuando todavía no eran ni bachilleres, las bisoñas incursiones a los Alpes, su primera gran aventura en el Yosemite y ese debut en el Himalaya, recién estrenada la veintena, con la escalada al Pumori (7.161 metros). El cómic también cuenta cómo Alberto se levantó tras la muerte de su hermano para completar lo que juntos no pudieron. Cómo terminó la carrera de los 14 ochomiles tras hollar el Annapurna (8.091 metros) y el Hidden Peak (8.047). Pero sobre todo, Hermanos Iñurrategi, un latido en la montaña intenta plasmar en cada palabra, en cada ilustración, los sentimientos de estos alpinistas por las montañas y, más en concreto, por sus gentes. “Una cumbre de 3.000 metros puede darnos tanta o más satisfacción que un ochomil porque las emociones no entienden de metros. Olvidémonos de coleccionar montañas, lo que merece la pena es vivir el camino. Vivir cada día”, explica el propio Alberto.
Tanto disfrutaron los hermanos Iñurrategi de la montaña y sus gentes, que pronto convirtieron en familia a todo el pueblo de Baltistán, situado en las montañas del Karakorum.
Y tanto disfrutaron las gentes de Baltistan de los hermanos Iñurrategi, que cuando Félix falleció quisieron hacer algo en su honor. Así surgió Baltistan Fundazioa, ONG que trabaja por el desarrollo humano, integral y endógeno de la personas la región. Una fundación que este año, en el vigésimo aniversario de la muerte de su valedor, ha recibido el premio WOP.
El cómic muestra que para los hermanos Iñurrategi lo importante no era la cumbre, sino el camino y los amigos que se hacían en él