La etapa de Anna Cruz como jugadora del Kutxabank Araski ha tocado a su fin de manera precipitada tras anunciar el club vitoriano que las dos partes han llegado a un acuerdo para romper el contrato que unía a la catalana con la entidad araskizale hasta el final de la presente campaña. Una ruptura del todo inesperada, ya que la jugadora llegó a la capital alavesa con la vitola de gran estrella internacional aunque lastrada en los últimos tiempos por una grave lesión y ahora abandona Mendizorroza tras haber jugado solo trece partidos de la Liga Femenina Endesa.
"Kutxabank Araski y Anna Cruz acuerdan de mutuo acuerdo su desvinculación. Anna Cruz y Araski han llegado a un acuerdo para la rescisión del contrato que unía ambas partes hasta final de la presente temporada. El club agradece a Anna Cruz su profesionalidad durante su estancia en Vitoria-Gasteiz y le desea las mejores de las suertes tanto en su vida profesional como personal", señala el comunicado emitido por el club a última hora de la tarde del domingo.
Anna Cruz llegó a Vitoria el pasado verano con la vitola de gran estrella internacional, con un anillo de la WNBA y varias medallas con la selección española en su palmarés. Eso sí, en su regreso a la Liga Femenina tras siete años de periplo por Estados Unidos y Europa, su intención era reencontrar de la mano de un club familiar como el Araski las buenas sensaciones sobre a cancha que había perdido por completo tras sufrir una grave lesión que le había mantenido durante meses en el dique seco.
En sus 13 partidos con la camiseta araskizale, la escolta catalana, de 34 años, ha firmado una media de 7,3 puntos en poco más de 22 minutos, con 5,4 créditos de valoración. Tras esta corta experiencia en Vitoria, el club, que no está viviendo una buena temporada al haber sumado solo cuatro victorias por nueve derrotas, y la jugadora han decidido poner punto final a su relación de manera anticipada.