yer debió ser el día que conectaba el pasado con el presente, una jornada de nostalgia e ilusión. Mick Schumacher (22-III-1999, Vufflens-le-Château, Suiza), hijo del legendario Michael, estaba citado por primera vez para rodar en la Fórmula 1, en el marco de un Gran Premio de Eifel que se celebra en el circuito alemán de Nürburgring, a escasa hora y media del circuito de karting de los Schumacher, ubicado en Kerpen. Además, la cita se daba cuando se cumple el veinte aniversario del primer título de Michael con el monoplaza Ferrari, y sucede también el mismo año en el que Lewis Hamilton está al filo de igualar los mayores récords de la F-1, que están en posesión de Michael; el piloto británico está a una de las 91 victorias de El Kaiser y a uno de los siete títulos del alemán. Este estreno no llegaba por el capricho de alguien, sino porque Mick se ha ganado la oportunidad con resultados: es el actual líder de la Fórmula 2. Aunque, como sucede con cada hijo que posee un progenitor de éxito, abundan los críticos que señalan al pequeño de los Schumacher como favorecido en el apartado técnico. Lo cierto es que nadie sitúa a un piloto en pista pensando en hacer el ridículo. Mick no lo está haciendo y así va recibiendo la confianza. Su progresión es evidente. Ahora, ¿alcanzará el nivel de su padre? Esa es otra historia. Desde luego, en el paddock ven justo su debut.

Mick, de 21 años, forma parte de la academia de jóvenes pilotos de Ferrari, la marca que encumbró su padre. Esta temporada la Scuderia ha decidido conceder a varios de sus prospectos la ocasión de rodar con un F-1. Y ayer era el turno de Mick, prestado para rodar en los primeros entrenamientos libres con el equipo Alfa Romeo, a bordo del coche de Antonio Giovinazzi. Igualmente, ayer también debió debutar el británico Callum Illot, otro joven de Ferrari, pero en su caso lo haría a los mandos del Haas de Romain Grosjean. Recordar que tanto Alfa Romeo como Haas montan unidades de potencia Ferrari, de ahí el acuerdo. No obstante, la lluvia y la escasa visibilidad impidieron al helicóptero médico sobrevolar Nürburgring, por lo que la sesión programada para Mick y su estreno, la práctica libre 1, quedó suspendida. Después también se canceló la segunda sesión libre, por lo que ayer no pudo ejercitarse nadie.

En cualquier caso, Mick monopolizó la atención. “Creo que merece esta oportunidad y que esté en el coche el año que viene. Es un gran chico, lo va a hacer bien y va a tener un largo camino”, aprobó el tetracampeón Sebastian Vettel. Por su parte, Carlos Sainz se refirió a la similitud entre él y Mick: “Claro que tiene presión, ser hijo de un apellido tan importante claro que la tiene, como la tuve yo. Pero le deseo que le salga bien, lo está haciendo muy bien en F-2 y esperemos que pueda terminar ganando y verle pronto en F-1”. “He visto lo suficiente al líder del campeonato de F-2 como para reconocer las similitudes con su padre”, indicó, mientras, Kimi Raikkonen, que añadió: “Es una copia de su padre en muchos sentidos y es genial verlo aquí”. Desde luego, Mick volverá a gozar de la oportunidad de estrenarse en la Fórmula 1, y quizás en 2021 se convierta en su hogar, donde su padre construyó la leyenda.