- Si la de ayer fue la etapa más rápida de la historia del Giro, no es menos veloz el desembarco de jóvenes corredores entre la aristocracia del ciclismo. A la irrupción de Pogacar, campeón del Tour, Evenepoel y Bernal, vencedor de la carrera francesa en 2019, todos ellos unos veinteañeros, se le ha de sumar la del líder del Giro de Italia, otro joven de apenas 22 años y que está dejando huella. Joao Almeida siguió un día más viviendo la vida en rosa tras la séptima jornada de la corsa rosa, que exigió mucha concentración, en la que el joven luso no perdió la cabeza en un día convulso debido a los abanicos. El líder se mantuvo al frente del pelotón con confianza y “cada día con más fuerza” según aseguró tras llegar a la meta de Brindisi. “Hoy hemos ido muy rápido, especialmente en el final. En los últimos kilómetros me quedé al frente del pelotón protegido por mis compañeros, que hicieron un trabajo perfecto para protegerme del viento”, explicó el luso, que por el momento disfruta del liderato a la espera de la jornada con final en la cima de Roccaraso, que examinará mañana a los favoritos.

El ciclista de Caldas da Rainha, de 22 años, dispone de una renta de 43 segundos sobre Pello Bilbao y de 48 sobre Wilco Kelderman. “Si, la verdad es que la maglia rosa me hace cada día más fuerte”, dijo Almeida, una frase que entronca con la tradición y los lugares comunes del ciclismo que dicen que el maillot amarillo da alas.