- “No puedo expresar con palabras lo agradecido que estoy a todo el equipo, y especialmente a Richard (Carapaz). Nunca olvidaré lo que ha pasado hoy. He vivido momentos muy especiales encima de la bicicleta, pero esto es algo completamente diferente. Hemos disfrutado mucho en los últimos kilómetros, sabiendo que teníamos una ventaja muy amplia y ganábamos seguro”. El discurso de Kwiatkowksi entroncó con la emoción, no con la que supone una victoria en su palmarés. El polaco deletreó las palabras desde el corazón. Allí retumba el triunfo en familia del Ineos, una victoria compartida en la foto de llegada con Carapaz, que ascendió al podio como el mejor escalador. Rey de la montaña. Kwiatkowski y Carapaz superaron a Pello Bilbao, el que más resistencia opuso, y se abrazaron en meta. Hermanos. Compartieron los metros finales unidos por el cordón umbilical de los sentimientos, de la cohesión que provocan los tiempos difíciles. Fue un triunfo para todo el Ineos en La Roche sur Foron.
La escuadra británica, obligada a reinventarse, huérfana de París sin su líder, Egan Bernal, se bañó de felicidad. En los momentos de festejo y en las penas, nada como la familia. Por eso Kwiatkowski, emocionado recordó al corredor colombiano, el campeón ausente. “Espero que Egan Bernal esté viéndonos desde casa, que se encuentre mejor y que haya disfrutado de nuestra actuación, porque estaba muy triste cuando dejó el Tour”. El doblete del Ineos recompensó tres jornadas en las que la estructura británica persiguió el triunfo sin desmayo. “Hemos hecho un carrerón. Todos estos días hemos intentado todo lo que hemos podido para ganar una etapa y, por fin, lo hemos logrado. Ha sido increíble. Espero que lo celebremos esta misma noche, porque ha sido una carrera muy difícil para nosotros y nos merecemos esta alegría”, agregó el polaco.