El Alavés, decimosexto clasificado la pasada temporada en una liga en la que Juan Ramón López Muñiz sustituyó en el cargo a Asier Garitano en las últimas jornadas, ha considerado oportuno dar un nuevo giro y depositar su confianza en Pablo Machín. El técnico soriano, que alcanzó el éxito con el ascenso del Girona a Primera División en junio de 2017, buscará reivindicarse tras sus aventuras fallidas al frente del Sevilla y el Espanyol. En ninguna de ellas consiguió Machín que funcionara su apuesta por los tres centrales en una defensa de cinco hombres que pasará a formar parte del día a día del Alavés.

Las sensaciones durante la pretemporada no han sido positivas, pero será a partir de ahora cuando se examine a un equipo y a un entrenador que unen sus caminos en el centenario del club. Sin traumáticas salidas más allá de las marchas tras cesión de hombres como Aleix Vidal, Víctor Camarasa, Roberto Jiménez, Oliver Burke o Ljubomir Fejsa, la principal novedad es la vuelta a Mendizorrotza del delantero Deyverson Silva. El carioca, tras dejar un inmejorable sabor de boca en el ejercicio 2016-17, regresa a préstamo para potenciar una delantera en la que lucen dos arietes contrastados como Lucas Pérez y Joselu Matos, estiletes de un equipo reforzado también con el centrocampista argentino Rodrigo Battaglia.