- La primera jornada de descanso fue aprovechada por la organización del Tour de Francia para someter a la burbuja a los test de detección del coronavirus. Tanto los ciclistas como los cuerpos técnicos de todos los equipos en carrera tuvieron que pasar unas pruebas cuyos resultados recibirán hoy antes de que dé comienzo la décima etapa. Así pues, el pelotón pasó el día de ayer entre nervios puesto que un positivo mandaría directamente al ciclista para casa; pero, en caso de que una escuadra tenga dos o más casos, será todo el equipo quien tenga que hacer las maletas y despedirse del Tour. Sería inmediatamente expulsado de la carrera. “Tenemos algo de temor por que todo se pueda ir al traste”, reconoció un preocupado Mikel Landa. Y es que los ciclistas admitieron tener miedo de que, a pesar de haber respetado todas las normas sanitarias de la burbuja, la presencia de público en las últimas etapas pirenaicas -donde se aglomeraron algunos aficionados sin mascarilla- haya provocado algún contagio de covid-19. Con todo, a pesar de los resultados, el Tour continuará esta tarde su curso con una décima etapa que propone un recorrido por la fachada atlántica, de 168,5 kilómetros entre las islas de Oléron y Ré. No será una jornada de gran dificultad técnica, sin embargo, el pelotón deberá estar pendiente del viento, único factor que puede impedir una llegada al esprint.
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