- Jorge Messi, padre y agente de Lionel Messi, partió ayer desde su Rosario natal hacia a Barcelona para reunirse con Josep Maria Bartomeu con la determinación de solucionar la salida del crack del club azulgrana. La prensa argentina siguió al detalle la maniobra, desde la llegada al aeropuerto de Fisherton en un automóvil que le dejó a pie del jet particular que le trasladó, sin séquito alguno, al epicentro de la gran noticia que sigue convulsionando al orbe futbolístico. ¿Se irá Messi del Barça? ¿lo hará gratis? ¿Pactarán una indemnización? ¿Es posible la reconciliación? ¿No quedará otro remedio?
De momento, el mejor jugador del mundo sigue sin explicar su proceloso intento de fuga, más allá de la frustración que le puede provocar los cinco años que lleva sin ganar esa linda Copa de Europa o las desavenencias con el presidente Bartomeu, que allá por la primavera dará por terminado su mandato. Sobre todo explicarse ante la hinchada culé, que le idolatra y ahora siente la traición, sin saber muy bien por qué, del futbolista argentino.
La reunión entre Jorge Messi y Josep Maria Bartomeu se prevé intensa. Las posturas de inicio parecen claras. Los Messi entienden que el contrato firmado en 2017 les abre la puerta de salida si así lo deciden a final de la temporada y el Barça entiende que la cláusula liberatoria tenía fecha de caducidad, el 10 de junio.
El Manchester City, el club donde se vuelcan todas las miradas, ha reconocido su interés por el 10, pero siempre y cuando llegue con la carta de libertad en la mano. Tampoco está en situación de meterse en jardines a causa del fair play financiero, con la UEFA mirando con lupa a este club amamantado por los Emiratos Árabes Unidos. Todavía está reciente la decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que dejó sin efecto la sanción de dos años sin poder jugar la Champions impuesta al City por la Cámara de Adjudicación del Control Financiero de la UEFA (CFCB), aunque no se libró de una multa de 10 millones de euros.
Tendría que arriesgarse a pedir el tránsfer provisional a la FIFA, después esperar que un juez determine el coste de la operación y provisionar una cantidad muy elevada de millones. Demasiados riesgos para un jugador que, a partir de enero podrá decidir su próximo destino sabiendo que en junio acaba su contrato con el Barça.
La web de El País citaba ayer fuentes del City confirmando que hasta que Leo Messi no consiga su desvinculación definitiva del Barcelona no abordarán el fichaje y su inclusión en la plantilla que dirige Pep Guardiola, otra de las razones de peso en la determinación del jugador argentino.
Otro de los clubes que sonaron por su presunto interés sobre Messi, el Inter de Milán, lo desmintió ayer con rotundidad, en boca de su director deportivo Piero Ausilio. "No vamos a fichar a Leo Messi. Ni siquiera sé de dónde vienen estos locos rumores ", afirmó en declaraciones en Sky Sport
A la espera de acontecimientos, Ronald Koeman dirigió ayer la segunda sesión de entrenamientos del Barcelona con 19 jugadores, los mismos que se ejercitaron el lunes, y al que también faltaron Leo Messi, el situación de rebeldía, aunque el club todavía no contempla la posibilidad de aplicar el régimen sancionador de la entidad al díscolo capitán.
Tampoco estuvo el centrocampista croata Ivan Rakitic, que ayer culminó su fichaje con el Sevilla.