- Max Verstappen y Red Bull firmaron en Silverstone una carrera de matrícula de honor para acabar con el monopolio instaurado por Mercedes en el presente Mundial de Fórmula 1. Piloto y escudería completaron un binomio perfecto y subieron a lo más alto del podio tras una demostración de buen hacer desde la salida hasta el momento de cruzar la bandera a cuadros. El holandés, que firmó su primer éxito del año y el noveno de su carrera, puso de su parte un pilotaje sin tacha, tan veloz como conciso en los momentos en los que tocó presionar a los hasta ayer inalcanzables Lewis Hamilton y Valtteri Bottas y adelantando a Nico Hulkenberg en la salida para arrancar las labores de persecución desde la tercera posición. El equipo, por su parte, le ofreció una estrategia ideal desde la calificación del sábado, una sincronización perfecta en boxes tanto a la hora de ejecutar las paradas como a la de programarlas y, sobre todo, un monoplaza que gestionó los neumáticos inmensamente mejor que el de sus rivales.
Ahí estuvo la clave del éxito de Verstappen y la de la decepción de Hamilton y Bottas, que acabaron segundo y tercero respectivamente. Las gomas de los dos monoplazas de Mercedes, que arrancaron con el compuesto medio, comenzaron a dar muestras de flaqueza muy pronto, ya en la sexta vuelta, y Mad Max no tardó en oler la sangre y presionar como él sabe hacerlo, sin hacer prisioneros. El finlandés y el inglés, que partieron primero y segundo, tuvieron que pasar por el garaje mucho antes de lo previsto, vueltas trece y catorce, y el Gran Premio quedó desde entonces en manos de Verstappen, que pilotaba sin ningún tipo de problema, indicando en todo momento a sus mecánicos que sus ruedas no le creaban ni la más mínima inquietud. A partir de ahí solo le quedó tirar de calculadora; primero, haciendo coincidir su segundo paso por boxes con el de Bottas para mantener así la posición; segundo, presionando a Hamilton cuando este amagó con ir a una sola parada en el tramo final -desbarató el plan al quitarle más de un segundo en la vuelta 42, a diez del final, y ponerse a solo 8,4-. Al menos el actual líder del Mundial pudo adelantar a su compañero a dos vueltas del final y aumentar todavía más su posición al frente de la clasificación. Además, con su podio número 155 igualó los conseguidos en su día por Michael Schumacher.
Mientras en el garaje de Red Bull todo era satisfacción tras un arranque de Mundial que no había sido del todo placentero, el enorme desgaste de neumáticos de sus monoplazas amargó el día a Mercedes. Tal era su decepción y su escasa confianza en el aguante de las gomas -no hay que olvidar que sus dos pilotos habían sufrido siete días atrás un pinchazo en el mismo escenario en el tramo final de carrera- que a quince vueltas del final, cuando a Hamilton le sugirieron que ir a una parada y alargar la vida de su compuesto duro era la única opción de cruzar en primer lugar la bandera de cuadros, este respondió a su ingeniero con un muy poco esperanzador mensaje: "Pero no irán a explotar, ¿no?". Antes, el inglés ya se había quejado amargamente varias veces por radio y al aparcar su monoplaza lo primero que hizo fue parar a examinar sus neumáticos traseros y los de Bottas, compararlos con los de Verstappen, mucho más limpios, y preguntar al holandés si él no había tenido problemas, negando este con la cabeza. La cosa no iba con él.
Con Red Bull satisfecho y Mercedes cabizbajo pese a meter en el podio a sus dos pilotos y seguir dominando con puño de hierro tanto el Mundial de pilotos como el de constructores, por detrás también hubo reacciones para todos los gustos. Dio mucho que pensar ver a Charles Leclerc celebrar alborozado, como si hubiese ganado, su cuarta posición, pero no deja de ser un ejemplo claro del estado de depresión absoluta en el que se encuentra Ferrari, con Sebastian Vettel de nuevo muy lejos de su mejor versión -hizo un trompo en la primera vuelta, se puso último, a partir de entonces su carrera quedó taponada por el tráfico y fue 12º-. Nico Hulkenberg no pudo dar continuidad a su magnífica calificación -salía tercero- y acabó séptimo por detrás de su compañero en Racing Point Lance Stroll, mientras que la carrera de Carlos Sainz quedó estropeada, y no es ni mucho menos la primera vez, por una horrible primera parada en boxes de los mecánicos de McLaren. Finalmente fue 13º, mientras que su compañero Lando Norris acabó noveno.
Mundial de Pilotos
Mundial Constructores
Clasificación de la carrera