- Con el pelotón repartido en diferentes carreras buscando apurar la temporada, persiguiendo esos kilómetros que acerquen los objetivos de un calendario estrechado por el coronavirus y que ofrece por lo tanto menos oportunidades de recompensar el esfuerzo, Wout Van Aert aterrizó en el estreno de las clásicas, en el considerado por muchos como el sexto Monumento, la Strade Bianche. El belga del Jumbo-Visma se presentó en esa carrera que le vio subir al podio en las dos anteriores ediciones, pero que le tenía reservada la profecía que reza el dicho de que a la tercera va la vencida. Después de dos terceras posiciones, Van Aert pudo relamer la miel que tenía en sus labios.

Al amanecer de las clásicas se presentaron Sagan, Fuglsang, Van Avermaet, Alaphilippe, Van der Poel o Gilbert... Lo más granado de la especialidad. Por delante, en esta decimocuarta edición de la cita italiana, 184 kilómetros con salida y llegada en Siena de los cuales 63 servían sterrato para las piernas. La gravilla se concentraba en once tramos por la Toscana, el más extenso de 12 kilómetros y el último, con la asfixia de una rampa de hasta el 18%.

Van Aert partía con diferentes estímulos: las dos terceras posiciones previas siempre dan a pensar que uno está tan cerca del éxito, que se puede alcanzar; pero quizá más importante era sentir la plenitud de su recuperación de la caída que vivió el 19 de julio de 2019, cuando disputando el Tour de Francia impactó con una valla y se abrió el muslo en canal. El belga no volvió a competir hasta el 27 de diciembre, en su amado ciclocross, el que le ha dado tres títulos mundiales.

La paciencia no suele ser fruto de la juventud, y ayer Van Aert, de 25 años, rodó acompañado hasta Le Tolfe, a casi 20 kilómetros de la sienesa Piazza del Campo. Allí desplegó las alas para probar la capacidad de su muslo, que respondió. Y vaya si lo hizo. Se fugó en soledad para confirmar esa condición que le señalaba como uno de los grandes clasicómanos del momento. Y del porvenir. Porque ayer remató esa faena que certifica su crecimiento. 4 horas, 58 minutos y 56 segundos de inversión para dejar a Davide Formolo (UAE), segundo, a 30 segundos y a Maximilian Schachmann (Bora), tercero, a 32. El muslo de Van Aert ha sanado.

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