- La gimnasta estadounidense Simon Biles, cuatro veces campeona olímpica, habló en una entrevista en la revista Vogue de los “abusos sufridos” por parte del doctor Larry Nassar y de que “estaba rota” cuando se aplazaron los Juegos Olímpicos de Tokio porque eso significaba un año más con USA Gymnastics -la Federación de Estados Unidos de Gimnasia-.
Biles incidió en la revista de moda estadounidense -de la que es portada en este último número- que se dio cuenta de que Nassar había abusado de ella después del apoyo de su excompañera de equipo Maggie Nichols, también víctima de abusos.
Nichols fue la protagonista de un reciente documental Atleta A, , que detallaba el escándalo de abuso sexual. La campeona mundial del equipo USA fue la primera en señalar a USA Gymnastics por abusos en 2015.
“Cuando leí lo que dijo Maggie, fue un duro golpe para mí, porque me di cuenta de que había sufrido el mismo trato”, dijo Biles en declaraciones a la citada revista.
Simone Biles, ganadora de 19 títulos mundiales, describió el tiempo posterior a este descubrimiento como “oscuro”, ya que anímicamente se encontraba destrozada y no sabía cómo afrontar la dramática situación provocada por el depredador sexual.
“Estaba muy deprimida. Dormí mucho porque, para mí, era lo más parecido a la muerte sin dañarme. Fue un escape de todos mis pensamientos, del mundo, de lo que estaba sucediendo”, explicó en declaraciones a la revista.
En el documental se alega que USA Gymnastics ignoró el abuso sexual por parte de Nasser, a pesar de que las gimnastas informaron sobre la mala conducta del médico.
El documental sugiere que el cuerpo directivo estaba más interesado en obtener ganancias que en el bienestar de sus deportistas.
En este contexto, Simon Biles afirmó cuando se aplazaron los Juegos de Tokio estaba “destrozada” ya que significaba que tendría que pasar un año más con USA Gymnastics. “Lloré y pensé que no podría soportar estar otro año USA Gymnastics”, apuntó la multicampeona.
Biles, de 23 años, ha sido muy crítica con su federación y con el Comité Olímpico y Paralímpico estadounidense (USOPC) y forma parte de unos 140 deportistas que han presentado una denuncia a ambas organizaciones.
Tanto USA Gymnastics como USOPC han intentado evitar ser responsables de no detener el abuso de Nassar y la federación ofreció un acuerdo por 194 millones de euros a los demandantes con la condición de que USOPC quedase libre de cualquier responsabilidad.
La oferta fue rechazada y Biles criticó a ambas organizaciones por esa propuesta. De hecho, la supercampeona se ha convertido en un auténtico azote para la Federación de Gimnasia de su país.
Se cree que más de 350 mujeres sufrieron abusos por parte de Nassar, que recibió una sentencia de cadena perpetua efectiva por un tribunal de Michigan en 2018, por abusar sexualmente de docenas de gimnastas jóvenes. También está cumpliendo una pena de prisión de 60 años por una condena federal por pornografía infantil.
Larry Nassar pasará a la historia criminal estadounidense como el mayor depredador sexual del país, tras haber abusado de, al menos, 500 chicas (muchas de ellas, menores de edad) mientras ejercía de médico y osteópata de la poderosísima Federación Estadounidense de Gimnasia.
Muchos de esos abusos, por los que el exmédico está condenado a no menos de 160 años de cárcel, se podrían haber evitado si hubieran atendido la denuncia de la Atleta A. Este es el nombre que se dio en USA Gymnastics a Maggie Nichols, una prometedora gimnasta que pagó muy caro ser la primera que alzó la voz en junio de 2015 contra los abusos de Nassar.
Ella es el origen y el cierre del documental que acaba de estrenar Netflix y que cuenta la historia de cómo se descubrió el caso de los abusos de Nassar y, de paso, arrasó con el prestigio de una federación que ha dado tantos éxitos deportivos como vergüenza a los estadounidenses y, en general, a todo el mundo.
El documental cuenta con la participación de varias víctimas de Nassar. La propia Nichols es la primera, pero también están Rachel Denhollander, la exgimnasta que lideró la causa judicial contra Nassar, Jessica Howard, que formó parte del equipo olímpico de Sydney 2000 junto a otra de las protagonistas, Jamie Dantzscher, o la campeona nacional de 1986, Jennifer Sey, que además es una de las productoras del documental.
El documental cuenta, con perspectiva, cómo el periódico IndyStar La denuncia de Nichols, que fue desoída e incluso tapada por Steve Penny, expresidente de USA Gymnastics y otro de los señalados en el reportaje, sirve de hilo conductor de una trama que poco a poco va desmenuzando lo profundamente corrupto y podrido que está o estaba la metodología de este deporte en un país donde los éxitos deportivos son clave.
El documental cuenta con crudeza cómo Larry Nassar, con declaraciones policiales suyas, justificaba que hiciera penetraciones anales y vaginales con sus dedos a las gimnastas bajo la excusa de que las estaba tratando médicamente. Las víctimas explican que se lo permitían por el estado del miedo en el que vivían en el rancho Karolyi, el del matromonio de los entrenadores Bela y Martha que primero descubrieron a Nadia Comaneci y, ya en EEUU, a Mary Lou Reeton y el resto de históricas campeonas olímpicas de la gimnasia.