- Giuseppe Poeta atiende la llamada de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA desde Reggio Emilio, la ciudad perteneciente al Pallacanestro Reggiana, equipo de mitad de la tabla de la Serie A italiana que el pasado verano decidió reclutar al exbaskonista de 34 años. Si hay un país europeo donde la pandemia del coronavirus está golpeando con toda la saña posible dejando hasta ahora 9.000 fallecidos y más de 80.000 contagiados, ese no que el transalpino. Confinado en su casa como la mayoría de mortales, Poeta trata de poner al mal tiempo buena cara y con su simpatía habitual desgrana cómo está viviendo una emergencia sanitaria que tiñe de sombras en los próximos meses la resolución de todas las competiciones deportivas, entre ellas las de baloncesto.

Lo primero de todo, ¿cómo se encuentra usted de salud con la que está cayendo en Italia?

-Afortunadamente, tanto yo como mi familia nos sentimos bastante bien. Estamos atravesando un periodo muy difícil para el país, pero tenemos que unirnos, levantar la cabeza y tirar hacia adelante como podamos. El consuelo es que los datos de los últimos dos o tres días parecen ser algo mejores con una reducción de los contagios.

A nivel personal, ¿se ha hecho la prueba del coronavirus?

-Sí, todos los jugadores del equipo nos sometimos a ella dando negativo. Ninguno tenía el virus, pero por ejemplo un amigo cercano que es futbolista sí ha dado positivo. Cuando ataca a los jóvenes, afortunadamente no es grave y se puede salir adelante. El peligro muy grande es para las personas mayores, las que sufren problemas cardíacos o patologías. Imagino que lo mismo sucede en España.

¿Se ha replanteado en algún instante abandonar Reggio Emilio, una zona muy cercana a la Lombardía donde se está registrando un masivo número de contagios?

-Ahora mismo es cierto que vivo cerca del lugar más conflictivo, pero no tengo pensado moverme. Aquí es donde más está golpeando el virus, aunque hay una relativa calma. Todo el mundo se encuentra encerrado en casa. Tan solo se sale alguna vez a la semana para comprar cosas de comer y ya está. La gente está concienciada y no hay problema de indisciplina. Tenemos que sufrir dos o tres semanas más la situación de confinamiento. Esta crisis es lo peor que le ha pasado a la humanidad en los últimos 50 años. Pero yo siempre digo lo mismo en estos casos. A nuestros abuelos les pidieron ir a la guerra, a nosotros tan solo nos piden estar en casa viendo la televisión y Netflix. Se puede hacer, no tenemos que hacer ningún drama de esto. Debemos acatar lo que dictan las autoridades y no poner excusas porque quedarse en casa con los nuestros no supone ningún sacrificio.

La única esperanza para ver el vaso medio lleno en este instante es que hay menos muertes a diario ya en Italia, ¿verdad?

-La curva no está creciendo desde hace unos días y eso es positivo. Hasta la fecha había 4.000 casos diarios de contagios y esta cifra se está reduciendo. Ahora sube a un ritmo de un 10% cuando antes el crecimiento del virus era de un 20 ó 25%. Está bajando la curva porque las restricciones son duras. El gobierno italiano acaba de decir que hasta el 3 de abril tenemos que seguir en casa. En mi país se piensa que va a ser una semana más de confinamiento hasta el 10 de abril. A partir de entonces, ojalá podamos hacer una vida normal, aunque con mucho cuidado y sin pensar que esto ya se ha pasado.

Las imágenes de ciudadanos italianos cantando el himno nacional del país en las ventanas de sus casas se han hecho virales en estos últimos tiempos. ¿Resulta emocionar comprobar algo así?

-Sí, el país se ha volcado y está más unido que nunca. Cada vez que suceden desgracias como esta, no hay enemigos. Hay que entender que en este barco estamos todos, desde el más rico hasta el más pobre y debemos solucionarlo entre todos juntos. Es el mismo mensaje que envío a mis amigos españoles. No hay que subestimar un problema así, hay que estar juntos y, sobre todo, permanecer en casa lo máximo posible.

El baloncesto ha quedado en un segundo plano por razones obvias. ¿Es partidario de que se cancelen todas las competiciones y empezar de cero a partir de la próxima temporada?

-Es demasiado pronto para hablar de esto. Hay que ver lo que pasa en los próximos 20 ó 30 días porque la situación puede mejorar. Estoy seguro de que luego ya habrá tiempo de tomar decisiones. Si se puede hacer algo, queda tiempo para acabar reduciendo el número de partidos. Se puede hacer una especie de March Madness de la NCAA como ya ha propuesto algún jugador, aunque lo primero de todo es arreglar el problema, pensar en la salud de la gente y después ya se hablará de deporte. Lo ideal es que las competiciones se reanuden sin ningún peligro para nadie y jugándose, a poder ser, en canchas con público.

Las pérdidas económicas para los clubes de baloncesto serán de un calado mayúsculo. En su caso, ¿aceptaría sin problema un recorte salarial para evitar, por ejemplo, que su equipo actual acabe en la bancarrota?

-El virus es un problema para los trabajadores de todos los ámbitos. Nosotros como deportistas no somos diferentes a la gente que se gana la vida en una oficina, los bares o los restaurantes. En estos casos, siempre se busca una solución que satisfaga a todas las partes. A ver cómo se acaba todo y luego hablaremos de dinero y del deporte.

¿Cómo es un día ahora en la vida de Giuseppe Poeta?

-Me levanto a las 9 ó 9.30 horas. Hago cosas que normalmente no puedo por los entrenamientos y los viajes como leer más o estudiar baloncesto. Me gusta ver partidos de todo el mundo, películas... Me entreno una hora al día y hago lo que puedo en casa. También cocino algo más. Antes tan solo sabía hacer pasta y pechuga de pollo, pero ahora estoy mejorando un poco (risas).

Desde que abandonó el Baskonia, ha militado en el Manresa, el Aquila Basket Trento, el Torino y ahora el Pallacanestro Reggiana. ¿Tiene todavía cuerda para rato?

-Creo que sí. Me siento como si fuera el padre de algunos jugadores jóvenes y trato de inculcarles mi experiencia. A nivel colectivo, estaba cerca de los puestos de play off en la Lega italiana. Estaba yendo todo más o menos como quería y cumpliendo los objetivos del club. No nos hemos clasificado para la Copa en el último partido de la primera vuelta y queríamos sacarnos la espina en estas semanas.

Siempre dedica buenas palabras al Baskonia pese a que en Vitoria apenas estuvo seis meses con Scariolo. ¿Ha seguido al equipo a lo largo de esta convulsa temporada?

-Sí, como siempre. Ha sufrido numerosas lesiones que le han perjudicado y un cambio de entrenador nunca es buena noticia. Siempre estoy pendiente de ellos, en los últimos partidos lo estaban haciendo mucho mejor y recuperando sensaciones. A ver qué pasa ahora, pero es un club que siempre busca soluciones para levantar la cabeza. Esta campaña también estaba ocurriendo eso con Dusko Ivanovic y los nuevos fichajes de Christon y Dragic.

En Vitoria está dejando buenas sensaciones un compatriota suyo como Achille Polonara. ¿Suele compartir vivencias con él?

-Sí, claro. Me ha comentado que le gusta mucho el club y la ciudad. Es la primera vez que compite fuera de Italia y juega la Euroliga, pero creo que está respondiendo bien teniendo en cuenta que delante suyo se encuentra Shengelia. Está encantado con la experiencia y me ha dicho que confía en poder cumplir su segundo año de contrato.

"Hay que entender que en este barco están subidos los ricos y los pobres; saldremos adelante entre todos"

"Antes de reanudar una competición, lo primero es arreglar el problema y pensar en la salud de la gente"

"El Baskonia es un club que siempre busca soluciones para levantar la cabeza; últimamente estaba mejor"