GETAFE: Soria; Damián, Djene, Chema, Olivera; Nyom (Min. 71, Kenedy), Etebo (Min. 58, Arambarri), Maksimovic, Cucurella; Deyverson (Min. 46, Ángel) y Jorge Molina.
SEVILLA: Vaclík (Min. 46, Bono); Navas, Kounde, Diego Carlos, Reguilón; Jordán, Gudelj, Fernando (Oliver Torres, m. 78); Suso (Sergi Gómez, m. 72), De Jong y Ocampos.
Goles: 0-1: Min. 44; Ocampos. 0-2: Min. 67; Fernando. 0-3: Min. 75; Kounde.
Árbitro: Xavier Estrada Fernández (Comité Catalán).
Estadio: C. Alfonso Pérez, 13.438 espectadores.
getafe - El Sevilla ganó 0-3 al Getafe y conquistó el infierno del Coliseum Alfonso Pérez, prácticamente inexpugnable esta temporada, y arrebató la tercera plaza de la Liga a su rival después de ponerse a su nivel en un partido trabado. A veces, para ganar al Getafe, hay que renunciar a un estilo. Eso es lo que hizo el Sevilla, que sin brillo pero con mucha inteligencia bajó de la nube a un equipo que parecía intratable en las últimas fechas. Los hombres de Julen Lopetegui consiguieron desquiciar al conjunto azulón, acostumbrado a hacer lo contrario con todos los rivales que pasan por su estadio. En esta ocasión, no sirvieron la presión y la intensidad del Getafe, que probó de su propia medicina y cayó con los tantos del argentino Lucas Ocampos, del brasileño Fernando y del francés Jules Kounde.
Con las piernas gastadas por los kilómetros acumulados tras los partidos de Europa League que disputaron ambos equipos esta semana, tanto Bordalás como Lopetegui decidieron gestionar de diferente forma la necesidad de oxígeno para sus jugadores.
El técnico del Getafe, inundado de alabanzas después de doblegar al Ajax 2-0, prescindió de tres de sus hombres clave para darles descanso. Jaime Mata, Arambarri y Etxeita, desaparecieron de la alineación. Entraron el nigeriano Oghenekaro Etebo, Chema Fernández y Jorge Molina.
Lopetegui dio continuidad a casi toda su alineación. Los mismos que empataron en Rumanía ante el Cluj, excepto el lesionado Sergio Escudero, sustituido por Sergio Reguilón. Con menos cambios, el Sevilla carburó mejor. Por lo menos, en la primera parte, en la que el Getafe no consiguió que su presión asfixiante funcionara como siempre. En contra de la filosofía del juego del Getafe, Etebo, a falta de un minuto para el descanso, se enredó dentro del área hasta resbalarse. No pegó un pelotazo para sacar la pelota, quiso jugarla, se frenó y acabó en el suelo. Reguilón, muy hábil, robó el balón para colocarlo en los pies de Ocampos, que marcó a placer el único tanto de la primera parte. En la reanudación, Bordalás movió el banquillo. Sacó del campo al brasileño Deyverson Silva para dar entrada a Ángel Rodríguez. Lopetegui, obligado por una lesión de su portero, cambió a Vaclík por el marroquí Yassine Bono. Con ese intercambio de cromos, más la aparición de Arambarri por Etebo a los diez minutos de la reanudación, el partido volvió a la casilla de salida con los mismos argumentos. Atascos en todas las parcelas del juego, poco fútbol y mucha intensidad en ambos bandos. Al final, esa fue el mejor arma para el Sevilla. Además, Lopetegui fue listo. Aplicó el veneno que Bordalás da a sus rivales y se convirtió en una medicina para el Sevilla.