Rpk Araski 52 - 68 Ensino Lugo

RPK ARASKI María Asurmendi (8), Raquel Carrera (4), Shacobia Barbee (11), Tania Pérez (6), Tamara Seda (4), - quinteto inicial -, Izaskun García (3), Cristina Molinuevo, Laura Quevedo (6), Natalie Van den Adel (8) y Laura Pardo.

DURAN MAQUINARIA ENSINO Kalis Loyd (10), Aleksandra Stanace (13), Atonye Jennifer Nyin (17), Cherin Britany Miller (4), Beatriz Sanchez (9), - quinteto inicial -, Brittanyy Dinkins (2), Ainhoa López (2), Laura Aliaga(3), Shereesha Nathesha (6) y Fiona Eilish (2).

Parciales 6-25, 15-17,(21-42, al descanso), 15-12, 16-4 (52-68).

Árbitros Jesus Marcos Martínez Prada, Jorge Caamaño Muñoz y Victor Rafael González Banderas.

Pabellón Polideportivo Mendizorroza ante 1.000 espectadores

Vitoria - Todos vivimos días malos en los que nada nos sale de la manera que queremos. Eso debieron pensar ayer las jugadores del Rpk Araski tras recibir una dura bofetada de su rival y tras estar 40 minutos con esa sensación de querer y no poder. En parte por el buen hacer de las gallegas, pero también porque las vitorianas no tuvieron el día acertado.

Todo apuntaba a que podía ser una gran noche, en especial, después de vencer en la anterior jornada al todopoderosos Spar CityLift Girona y con el estado de ánimo más fortalecido que nunca. Sin embargo, poco tardó en darse cuenta el equipo de Madelén Urieta de que cada jornada es un mundo y que en esta Liga, cualquier equipo puede ganar a su rival. Y es que en un abrir y cerrar de ojos, las de Carlos Cantero habían hecho un parcial de 0 a 9 con buenas jugadas de Beatriz Sánchez y Loyd.

La entrenadora gasteiztarra tuvo que reaccionar enseguida y solicitó tiempo muerto para despertar a las suyas, pero a pesar de romper ese parcial con un par de buenas jugadas de Barbee, no existió reacción y la distancia en el marcador continuó creciendo hasta un 2 - 20.

Made movía un banquillo donde por primera vez en muchas jornadas tenía disponible hasta 10 jugadoras, pero no daba con la tecla y las primeras imágenes de impotencia se comenzaban a ver con las faltas personales de carácter infantil. El bloqueo vitoriano era digno de elogio y esa intensidad era la que estaba sacando de quicio al equipo local. El primer cuarto terminaba con la sensación de que el Araski no había aterrizado.

Los segundos diez minutos comenzaban con un parón largo a causa de un fallo electrónico en el marcador, y ese “descanso” tampoco sirvió para que las de Made despertaran y las rivales seguían haciendo daño desde todas las posiciones, tanto debajo de canasta como desde la línea del triple. La desesperación local era evidente y había muchas pruebas de ello, como los dos tiros libres fallados por Tania Pérez.

Las gallegas ya dominaban por 23 puntos cuando faltaban 5 minutos para llegar al descanso, hasta que por fin llegó el primer bofetón local, con un robo y triple de Asurmendi que sacó del letargo a las suyas y a Mendizorroza. El Araski comenzaba a despertar, pero eso sí, poco a poco.

Intento de reacción Las vitorianas querían empezar el tercer cuarto con más energía y puntería para mejorar el porcentaje de tiro que andaba muy escaso, con 2 de 11 en triples y 2 de 15 en tiros de dos. El partido se igualaba en intensidad y el Araski empezaba a devolver algunas canastas de la mano de Laura Quevedo desde la distancia y con Natalie Van den Adel bajo el aro, pero aun así la distancia seguía siendo de 23 puntos para las de Carlos Cantero.

La defensa local ya empezó a verse a como nos tienen acostumbrados esta temporada y las gallegas perdieron dos balones seguidos sin poder llegar a tirar a canasta y agotando la posesión. Y tras esas buenas defensas llegaron un par de buenas canastas, con Tania Pérez anotando por primera vez en el encuentro y colocando a su equipo a menos 17 puntos. Sin embargo, todo fue un espejismo, ya que las visitantes enseguida volvieron a hacer otro parcial para colocar la distancia en 24 puntos.

El último periodo comenzó con otro pequeño parcial para las gallegas y Made enseguida tuvo que recurrir de nuevo al tiempo muerto en busca de una reacción y una remontada que cada vez parecía más difícil. Natalie Van den Adel, la mejor arma vitoriana se negaba a dejar marchar el encuentro de forma definitiva y seguía anotando y dejando canastas de calidad.

Sin embargo, el partido se terminó con una técnica a Made por una protesta. A partir de aquí y con el encuentro roto, las vitorianas demostraron que a pesar de tener un día aciago y que no salieran las cosas, lucharon y dejaron todo el carácter que podían dar. Finalmente, dura derrota por 52 a 68 ante un rival que iguala a victorias en la clasificación y que sirve para volver al mundo terrenal y recordar que un tropiezo puede ser hasta positivo de cara al futuro.