el movimiento Real Fooding hoy en día está en boca de todos. Aparece en los medios de comunicación, en los pop-ups de webs con contenido deportivo, en los blogs de recetas y sobre todo en las conversaciones de cualquier grupo de parroquianos por la calle. Ahora que comienza la cuesta de enero, y seguramente con algún kilillo de más, la gente se abraza a cualquier dieta o concepto supuestamente saludable para cambiar sus hábitos y recuperar ese cuerpo fit perdido. Cabe destacar, que bien entendido, lo que nos propone el realfooding no dista mucho de la definición de buena alimentación que nos llevan diciendo los buenos nutricionistas durante los últimos años.
Pero pongámonos al lío, ¿que es el Real Fooding? Es un movimiento supuestamente revolucionario basado en la ingesta de comida fresca, real y saludable en la que no tienen cabida los alimentos ultraprocesados.
De esta definición todo resulta correcto excepto el término real, ya que ¿existe una comida irreal? Yo personalmente no lo creo. Bajo mi punto de vista la comida siempre es real, solo que puede ser más o menos saludable. Los alimentos que nos sugiere consumir esta dieta son: alimentos lo más naturales posibles (carne, pescado, frutas, verduras, cereales) a poder ser con el menor contacto posible con la industria alimentaria, deben ser productos de temporada y si se puede favorecer la economía local o kilómetro cero, pues muchísimo mejor.
Está forma de alimentarse, como podéis daros cuenta, no es la que actualmente predomina hoy en día, ni tampoco la que recibimos en nuestro momento los actualmente denominados millennials. Solo tenemos que viajar un poco más en el tiempo para encontrarla y será en la época de nuestros padres y abuelos. ¡Qué sabios eran nuestro abuelos, madre mía, para ser auténticos real fooders y sin ni siquiera planteárselo ni un solo segundo!
La realidad es que los tiempos y la globalización han hecho muchísimo daño a nuestra forma de alimentarnos y todos los supuestos pasos que hemos dado hacia adelante quizás no hayan sido en la dirección más acertada.
Quiero remarcar, con neones fosforescentes, gigantes y de colores llamativos, que el concepto de comida real no es el mismo que el de comida ecológica, ya que hoy en día mezclamos todo con demasiada facilidad. Comida real es comida saludable sin más apellidos, la simple comida de toda la vida sin ingredientes o, si los tienen, a poder ser pocos.
¿Pero cómo se hace efectiva esta forma de alimentarse? Primero preocupándonos por los alimentos que compramos, segundo aprendiendo a prepararlos adecuadamente y tercero desarrollando un sentido común sobre nuestra alimentación. Parece sencillo pero yo me atrevería a decir que el tercero es el que más nos puede costar, ya que con tanta sobreinformacion puede resultar una tarea realmente difícil.
Un saludo y a seguir cocinando sin ningún miedo.