madrid - La selección española de baloncesto busca ante Australia (10.00 horas/Cuatro) el pase a la segunda final de su historia en un Mundial, posibilidad que se ha ganado tras un torneo en el que ha ido de menos a mas para llegar a tope al momento de la verdad, que afronta ante un rival poderoso y con ganas de revancha tres años después de los Juegos de Río.

Desde el Mundial 2006, donde conquistó el oro, España ha disputado un total de diez semifinales en grandes torneos internacionales y en todas ellas se acabó colgando una medalla. Una victoria hoy le permitiría alargar esta espectacular racha, posibilidad que se ha ganado con una gran labor colectiva para paliar las ausencias.

De hecho, Sergio Scariolo no cuenta en China con los tres máximos anotadores de su último precedente ante Australia, la agónica batalla por el bronce olímpico de Río que se decantó por un solo punto (89-88). Pau Gasol (31 puntos), Nikola Mirotic (14) y Sergio Rodríguez (11) llevaron el peso ofensivo aquel día y ahora lo verán desde casa.

Desde un punto de vista positivo, esto habla muy bien de la capacidad de reinventarse del equipo nacional, que, cumpliendo el guión habitual de los últimos años, ha ido creciendo desde una primera fase discreta hasta una exhibición defensiva ante Serbia y una actuación sólida frente a Polonia. Por tercera vez en su historia está entre las cuatro mejores de un Mundial y además ya ha asegurado el billete olímpico.

mills contra ricky De esta forma, España ya ha cumplido de sobra sus objetivos de mínimos, pero no se da por satisfecha. “Estamos aquí para ganar el oro”, avisaba nada más superar los cuartos de final Ricky Rubio, mostrando una ambición que añadir a su gran despliegue en China, donde se ha confirmado como el líder del equipo en valoración (16,3), puntos (15,3) y asistencias (5,5).

Además, el base deberá multiplicarse en defensa para frenar a Patty Mills, el hombre más peligroso de Australia. Autor de 30 puntos en la mencionada batalla por el bronce de 2016, el jugador de San Antonio Spurs también atraviesa un momento de plena madurez y está promediando más de 22 puntos por partido en este Mundial.

Australia, que al igual que España reduce su rotación efectiva a nueve jugadores -Sobey, Barlow y Gliddon apenas juegan-, afronta su primera semifinal en un Mundial con un equipo que ha crecido en los últimos años manteniendo su espina dorsal, de la que sigue fuera una gran estrella como Ben Simmons.

A cambio, sí cuenta con los NBA Matthew Dellavedova, Aron Baynes, Andrew Bogut y, sobre todo, Joe Ingles, que ha crecido desde sus tiempos en Granada y Barcelona hasta convertirse en un jugador muy completo y uno de los mejores tiradores del planeta. El otro gran argumento es su poderío físico superior, aunque España ya superó ese escollo ante Serbia y repetir aquella actuación le dejaría al borde de la gloria. - E.P.

Revancha de Río. España y Australia se vieron en los Juegos de Río en el partido por el bronce y el equipo español ganó en un agónico encuentro (89-88). Australia sólo le ha ganado a España dos veces de las nueve ocasiones en las que se ha cruzado partido oficial.

Un físico superior. El conjunto ‘aussie’ tiene jugadores de calidad pero, sobre todo, un físico superior a la selección española.

Un partido duro. Australia es un equipo duro en el sentido más estricto y la vara de medir de los árbitros será importante. Pitan Locatelli (BRA), Sahin (ITA) y Bermúdez (MEX).

Sergio Scariolo consideró clave para superar las semifinales ser en enérgico. “Tenemos que superarnos, jugar con energía, igualarlos en intensidad, energía y dinamismo e intentar contener su juego en campo abierto”, dijo.