Vitoria - Nerea Hermosa, a sus 18 años, ya está haciendo historia para el baloncesto alavés. La pívot de 1,99 metros logró el pasado domingo la medalla de bronce en el Mundial sub’ 19 disputado en Bangkok (Tailandia) con la selección española. Hermosa, a pesar de no ser titular, cuajó una actuación muy meritoria en el choque por la medalla de bronce contra Bélgica, en el que el conjunto nacional se impuso 58-52. La criada en Bernedo anotó cuatro puntos y recogió seis rebotes gracias a su envergadura, y solo falló un lanzamiento. Durante el Campeonato del Mundo ha promediado 5,3 puntos y 4 rebotes, unas estadísticas para nada desdeñables teniendo en cuenta que solo ha jugado una media de 15 minutos por partido.
El periplo de Nerea Hermosa en España no habría podido finalizar de mejor manera, y es que la próxima temporada jugará en el Georgia Tech de la NCAA, la liga universitaria estadounidense, un escalón por debajo de la NBA femenina. El verano pasado la pívot participó en el Mundial sub’ 17, a las órdenes de la también alavesa Madelén Urieta, en el que terminaron en sexta posición. En esta ocasión, acompañada de una talentosa generación de jóvenes jugadoras, ha logrado el preciado metal, algo que la selección sub’ 19 no conseguía desde 2011.
De hecho, nueve de las doce compañeras con las que ha compartido vestuario en la cita mundialista la acompañarán en su viaje al otro lado del charco. Eso sí, con distintas universidades como destino. Allí se encontrará con las más prometedoras baloncestistas del mundo y con muchas horas de entrenamiento y trabajo físico para seguir perfeccionando sus cualidades, labor que tendrá que compaginar con sus estudios de ingeniería.
Ascenso Meteórico Hermosa empezó algo tarde a jugar a baloncesto a propuesta de su padre, que le recomendó apuntarse a algún deporte como pasatiempo ya que pasaba todo su tiempo libre en Bernedo patinando. El equipo de su colegio, Nazareth, se le quedó pronto pequeño y pasó a jugar en San Viator, donde empezó a entrenar con mayor intensidad y pronto destacó entre sus compañeras. A los catorce años tomó la difícil decisión de viajar lejos de su familia para pulir su baloncesto y recaló en el club de Liga Femenina 2 Segle XXI de Barcelona, donde ha podido formar parte del mejor programa de tecnificación deportiva de la Ciudad Condal. En los últimos años ha vivido en la prestigiosa residencia Joaquín Blume mientras compaginaba estudios de secundaria y bachillerato con la práctica del baloncesto.
En su última temporada con el Segle XXI, la alavesa ha promediado 7,5 puntos, 7,1 rebotes, 1,1 tapones y 10,3 de valoración de media en los 26 encuentros disputados en liga regular. Gracias a su envergadura es una jugadora capaz de intimidar a sus rivales en defensa y coger muchos rebotes en ambos lados de la cancha, lo que ha llamado la atención de la liga estadounidense.
Hermosa piensa ya en su próxima etapa en el baloncesto universitario norteamericano. La alavesa contará con una beca para financiar los gastos que tenga en Atlanta, que será su nuevo hogar a partir de esta temporada. Una oportunidad única para seguir creciendo y optar, por qué no, a jugar un día en la mejor liga de baloncesto femenino del mundo: la WNBA. Álava tiene un diamante en bruto que ya ha generado su primer hito para el territorio histórico.