Danel y Beñat han trabajado muy duro y han tenido que defender atrás muchos pelotazos. Pero han llegado primero a 22, que es lo que importa. Los dos se caracterizan por la constancia y lo poco que regalan. Probablemente han hecho algún regalo más que otros días, pero también es por la tensión. En la pelota no hay mucho misterio, cuanta más velocidad le metas menos tiempo le dejas al contrario para pensar. Y Danel ha ayudado mucho de volea, ha intentado jugar rápido y al final ha conseguido lo que quería. Ha demostrado que tiene hambre. Es un tipo que no para de trabajar. Cada año va subiendo unos peldaños y es muy importante para él y para todos. Yo no soy el que juego, pero intento ayudarle en la medida de lo posible, darle consejos, y más que nada animarle y hacerle creer que puede jugar y ganar txapelas. Lo ha demostrado. Se lo ha creído, ha visto que puede dar ese paso y lo ha dado.
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