madrid - Las selecciones de Francia, vigente campeona mundial, y de España, última campeona de Europa, tratarán de amargar la fiesta a Alemania y Dinamarca, anfitrionas de un Mundial que celebra el retorno del balonmano a su hogar y que se celebra desde hoy y hasta el 27 de enero.
El balonmano vuelve a casa, vuelve a Alemania y Dinamarca, dos países, especialmente el segundo, en el que esta disciplina ha sobrepasado la barrera del deporte para convertirse en todo un fenómeno social. Esta vez, además, el título mundial vendrá acompañado de un billete para los Juegos Olímpicos de Tokio. Doble premio para el ganador.
Al oro no sólo aspiran Francia, España o los anfitriones, sino que también se postulan los equipos de Noruega, Suecia y Croacia, que completan la nómina de máximos favoritos en una edición mundialista que se antoja más abierta que nunca.
Lejos han quedado los tiempos en los que la selección francesa, ganadora de los dos últimos Mundiales, parecía arrancar cada gran competición un peldaño por encima del resto de sus rivales. La tendencia se ha visto acentuada por la ausencia de su gran estrella, el central Nikola Karabatic, que se perderá la cita mundialista por la lesión en un pie, que le obligó a pasar por el quirófano a mediados del pasado mes de octubre.
La madurez competitiva es uno de los puntos fuertes de la selección española. Los Hispanos viajaron ayer a Alemania, donde desarrollarán esta primera fase del torneo, después de un acto protocolario por la mañana en el Comité Olímpico Español (COE). Allí su presidente, Alejandro Blanco, entregó las insignias olímpicas a los campeones de Europa Rodrigo Corrales, Álex y Dani Dujshebaev, Ángel Fernández, Adriá Figueras, Gonzalo Pérez de Vargas, Ferrán Solé, Eduardo Gurbindo y Iosu Goñi.
En cuanto al resto de candidatos para alzarse con este Mundial, más dudas ofrece Alemania. Un equipo que posee todos los mimbres necesarios para aspirar a la victoria en cualquier gran competición internacional, pero que parece todavía no haber digerido la marcha del técnico islandés Dagur Sigurdsson, el entrenador que le llevó al título continental en 2016.
hansen tira de dinarmarca A estas incertidumbres parece ajena la selección de Dinamarca que, liderada por un Mikkel Hansen en su mejor versión tras un curso 2017/2018 lleno de dudas, se perfila como uno de los favoritos al oro. El combinado nórdico contará para ello no sólo con la ventaja de su condición de anfitrión, sino también con su presencia en la parte del cuadro, a priori, más accesible y en la que sólo Suecia y Noruega parecen en disposición de interponerse en el camino de los de Nikolaj Jacobsen hacia las semifinales.
Para ello, Suecia, vigente subcampeona de Europa, no ha dudado en reforzarse con el regreso de dos ilustres como los laterales Kim Ekdahl Du Rietz y Kim Andersson, mientras que Noruega, subcampeón mundial hace dos años, confiará su futuro en el inmenso talento del central Sander Sagosen.
Completará la nómina de favoritos la selección de Croacia, que tratará de resarcirse del varapalo que sufrió en el Europeo que organizó el pasado año, en el que ni tan siquiera logró acceder a las semifinales.
Con un objetivo más modesto, acceder a la segunda fase, arrancarán su participación en el Mundial las selecciones de Brasil, Argentina y Chile, para lo cual estas dos últimas no han dudado en confiar en la dirección de dos técnicos españoles, Manolo Cadenas y el navarro Mateo Garralda. - Efe