Real Madrid87

Gran Canaria63

REAL MADRID Llull (3), Taylor (6), Yusta (10), Reyes (6)M Ayón (2) -cinco titular-, Thompkins (19), Fernández (10), Deck (8), Campazzo (6), Tavares (4), Prepelic (3) y Carroll (10).

GRAN CANARIA Radicevic (8), Rabaseda (7), Strawberry (11), Báez (3), Balvin (4) -quinteto inicial-, Eriksson (4), Pasecniks (7), Tillie (2), Oliver (8), Evans (2), Balcerowski (3) y Paulí (4).

Parciales 17-20; 23-11; 25-15; 22-17.

Árbitros Pérez Pizarro, Araña y Baena.

Pabellón WiZink Center.madrid - El Real Madrid volvió ayer a la senda del triunfo en Liga tras someter con dureza a un Herbalife Gran Canaria que, aunque empezó fuerte y dominó el marcador durante los trece primeros minutos, se descompuso víctima de su desacierto en el tiro, especialmente grave desde el perímetro (87-63).

Con Trey Thompkins como hombre más destacado, con 19 puntos y 5 triples anotados, los blancos se basaron en la aportación coral y un buen trabajo defensivo para desactivar a un Herbalife que, tres días después de tumbar a domicilio al Armani Milzn, solo fue capaz de anotar tres de sus 22 lanzamientos triples (13% de acierto).

Con 11-18 tras siete minutos de juego, Pablo Laso pidió tiempo muerto con el fin de frenar las acometidas isleñas. Lo consiguió en parte, aunque sus jugadores seguían sin carburar a su nivel habitual y acabaron perdiendo el primer acto ante un Herbalife algo más sólido en su juego (17-20).

En la reanudación, a los locales no terminaban de salirle las cosas. En los primeros minutos, se le siguió atragantando la buena defensa de un oponente que sumaba puntos gracias a un baloncesto práctico y exento de florituras.

Hasta que dos triples de Trey Thompkins empezaron a cambiar el guión del choque. Segundos después, Jaycee Carroll dio la primera ventaja a los suyos y Rudy Fernández, con otro misil desde el arco, selló un parcial de 13-6 en cuatro minutos y medio que obligó a Víctor García a parar el partido al verse cuatro abajo en un abrir y cerrar de ojos. Dos nuevos aciertos desde el perímetro de Thompkins y Rudy siguieron aumentando la brecha y minando la moral de un rival que empezó a precipitarse en sus ataques y ya no volvió a encontrar un referente que aportase puntos y criterio en sus acometidas. - Efe