Descifrando el fenómeno Altuna
El amezketarra aspira a la txapela gracias al enorme crecimiento vivido en la disciplina
La vitola de artista acompaña a Jokin Altuna desde que dio sus primeros pelotazos. Nació pelotari, con un talento descomunal y una técnica exquisita pulida tras horas y horas en el frontón. Magia ante todo. Pero en este Manomanista el amezketarra ha explotado. Es mucho más que un rematador letal. El mano a mano exige dominar todas las facetas del juego: técnica, físico, cabeza? Se trata de la búsqueda de la mezcla perfecta para poder subir en la siempre complicada escalera del campeonato. Altuna entendió eso a la primera. Necesitaba aumentar sus registros. Dicho y hecho. Su juego ha crecido enormemente desde su debut y en este Manomanista ha llegado la confirmación. Se pidió paciencia a sí mismo para esperar su oportunidad, todavía había muchas lecciones que aprender; pero eso no borró su ambición. Creía que era capaz de hacerlo. Alcanzar una final en la modalidad más exigente estaba en su cabeza. Así, este domingo tratará de cerrar el círculo con la txapela frente Olaizola II en el frontón Bizkaia de Bilbao (17.00 horas).
En cada entrenamiento de Altuna siempre hay un pelotazo más para acabar con un buen golpe que le deje satisfecho. La eterna búsqueda de la perfección. “Nunca se va con una mala sensación. Esta ahí hasta que lo consigue hacer. Ese es uno de los motivos por los que en este tiempo ha dado este salto”, explica Jokin Etxaniz, una de las personas que más tiempo ha pasado en el frontón con el amezketarra últimamente. Esa es la manera de entender la pelota que tiene el delantero guipuzcoano. No parar de crecer es su principal objetivo, ser siempre mejor que el día anterior. La explosión en el mano a mano ha llegado ahora, pero la mentalidad trabajadora siempre estuvo ahí. “Siempre dicen de él que es pelotari de nacimiento. Tiene sus cosas de por sí, pero luego también las ha trabajado. Tanto el físico como el técnico. Nadie le ha regalado nada”, afirma Etxaniz.
El amezketarra pone de su parte el tajo y una tremenda exigencia autoimpuesta. La base está ahí y en este Manomanista le acompaña la chispa. Ese estado en el que el pelotari se siente a gusto y con confianza, donde el físico y la cabeza llegan a su punto más alto para crear un estado de juego casi perfecto. “Está fresco y la pelota le sale bien de la mano”, cuenta Ekaitz Saralegi, su botillero habitual. Las posibilidades de Altuna de hacer algo grande estaban ahí. Muchos esperaban verle peleando a este nivel, pero que haya llegado tan pronto ha dejado boquiabierto a más de uno. “Nos está sorprendiendo a todos en todos los aspectos, tanto en el Cuatro y Medio como en el Parejas y ahora en el Manomanista. Para pasar a jugar a todo el frontón necesitaba una exigencia física mayor y se ha visto que está muy bien. Se está haciendo, trabajando mucho, y luego tiene grandes recursos, en los que también está mejorando”, añade el preparador de Bergara.
El aspecto que más destaca dentro de la progresión del guipuzcoano en este Manomanista es la pegada. Altuna III ha dado un paso adelante. Ya no permite a sus rivales jugar tan cerca del frontis y es capaz de hacer daño con su golpe. “Se ha visto en momentos puntuales que sí que tiene un pelotazo muy bueno, pero sobre todo ha ganado a la hora de defender, que es una cosa que marca la diferencia. No está poniendo la pelota en el ocho, pero sí en el cinco y eso es importante. Cuando tiene oportunidades con la derecha, también está haciendo daño”, analiza Etxaniz. Otra de las ventajas que está teniendo Altuna es el cambio que se está viviendo dentro de la disciplina, algo que le favorece según Saralegi: “Se ve que el mano a mano ahora es saque-remate, no dejar botar? y ahí Jokin tiene muchas facilidades. El Manomanista de hoy en día le conviene”. Una evolución de la modalidad y una evolución personal que ha llegado en el momento adecuado. Está listo para realizar el ataque a su primera txapela.
Este Manomanista ha sido un aprendizaje constante para Altuna. “Al ver el sorteo ya vimos que íbamos a sufrir”, reconoce Etxaniz. La rama del amezketarra ha estado llena de pelotaris duros, capaces de meter mucha velocidad al juego y alargar el tanto con sus pelotazos. Rivales exigentes, complicados para el Altuna de hace unos años. Pero ahora es otro pelotari, capaz de adaptarse a las situaciones más complicadas y en este campeonato lo ha demostrado. “Contra Urruti empezó mal en el marcador, pero las sensaciones eran buenas, estaba jugando bien. Le dio la vuelta y ganó. Contra Ezkurdia estuvo todo el encuentro por delante, pero Ezkurdia también jugó mucho y estuvo ahí. La semifinal se decidió por detalles, por un poco de suerte, pero creo que Jokin jugó un gran partido”, repasa Saralegi. Esos duelos fueron una prueba de fuego para el amezketarra, un todo o nada en los que tuvo que sudar sangre para pasar. Sin embargo, llegaron las victorias y “ganar a pelotaris de la talla de Retegi Bi, Urrutikoetxea y Ezkurdia le dio mucha confianza”. Otro paso más.
“No hay favoritos” El crecimiento de Altuna ha cambiado los pronósticos. Lo que hace no mucho sería una final descompensada, ahora aparece igualada. Aimar Olaizola, el gran favorito, ya no lo es tanto y el de Amezketa crece tanto en su juego como en las apuestas. “Veo la final abierta. A Jokin le veo bien, que es lo más importante. Creo que no hay favorito. El partido está al cincuenta por cien. Lo importante será empezar bien y seguir bien”, pronostica Saralegi. Aunque la figura del goizuetarra impone: su hoja de ruta está llena de triunfos y jugar una final no es extraño para él, es casi una rutina. “Puede ganar cualquiera, pero el contrario es duro. Aimar está con confianza, está haciendo bien las cosas y tiene mucha experiencia. Para Jokin va a ser su primera final del Manomanista, pero está con ganas. Le veo bien”, declara Etxaniz.
Gane la txapela o no, el futuro del amezketarra es muy prometedor. Desde la empresa confían en que siga creciendo y el propio Altuna tiene todas las herramientas para ello. “Lo que tengo claro es que va a seguir trabajando, no se va a conformar con lo que ha hecho. Va a seguir mejorando en todos los aspectos y eso es muy importante para ser uno de los grandes”, afirma el entrenador de Aspe. Quiere reinar en el futuro. Es la gran promesa, pero también una realidad. “Ha estado en dos finales del Cuatro y Medio y eso ya es mucho para la edad que tiene. Es increíble también el nivel que está dando durante todo el año en parejas. Lo estamos viendo desde muy joven y no sabemos cuál puede ser su techo. Lo que está claro es que lo que está haciendo este pelotari es increíble”, añade el director técnico, rendido ante un manista que amenaza con marcar época.
El delantero de Amezketa es una de las confirmaciones de Aspe, uno de los líderes de la nueva generación de aspirantes que asoma en el Manomanista. “Vienen muchos pelotaris pegando fuerte y este año los cuatro que estaban de cabezas de serie han perdido. Eso significa que hay más opciones y para la pelota es bueno. Personalmente, para Aspe las cosas están yendo bien: Ezkurdia y Elezkano II entraron en la final del Parejas y ahora han vuelto a estar arriba y también hay que contar con Irribarria. Tenemos candidatos y estamos muy contentos”, desbroza Etxaniz. Se trata de una nueva hornada en la que Altuna quiere ser el próximo en calarse la txapela que le confirme como uno de los grandes.