El número uno del ránking mundial de tenis, Rafael Nadal, logró ayer su undécimo Barcelona Open BancSabadell-Trofeo Conde de Godó ante el joven griego Stefano Tsitsipas, a quien dio una clase avanzada (6-2 y 6-1) de una hora y dieciocho minutos. El balear, que la semana pasada alcanzó idéntico número de títulos en Montecarlo, volvió a mostrarse intratable en la capital catalana, donde sumó su victoria 401 sobre arcilla.

Tsitsipas, un espigado tenista de 19 años que se había convertido en la revelación del torneo tras eliminar a cuatro cabezas de serie, ya dijo en la víspera que seguramente recibiría una clase gratuita del rey de la tierra batida. Y Nadal, a punto de cumplir 32, se la dio a partir del segundo juego. El primero fue para el tenista heleno, 63º del ránking de la ATP y que sorprendentemente ganó su saque en blanco, antes de que el partido sufriera un pequeño parón por la lluvia.

El mallorquín se desató tras la reanudación con un tenis sin fisuras, mientras que su adversario encadenaba error tras error, sobre todo con su revés. Nadal mantuvo con facilidad su servicio y rompió el de su rival en el tercer y quinto juegos, ambos en blanco, para ganar la primera manga (6-2). En apenas cuarenta minutos, Tsitsipas, que se asomaba a su primera final ATP, había descubierto cómo se las gasta el número uno del mundo en su superficie favorita.

El segundo set aun fue peor para el griego. El diez veces campeón de Roland Garros quebró el saque de Tsitsipas en el primer juego, de nuevo sin dejar que su rival sumara un solo punto, y volvió a hacerlo en el tercero. Con 3-0, el ateniense logró por fin poner a Nadal en apuros con su servicio. Tuvo sus tres únicas bolas de rotura de todo el partido, pero malogró las tres y el mallorquín se puso 4-0. Nadal le dominaba desde el fondo, castigando su revés, apurando líneas, cambiándole alturas y subiendo a la red para rematar el punto cuando tocaba. Una tortura para Tsitsipas, incapaz de atacar las pesadas bolas de su adversario y que solo logró arañarle a su rival un juego en este segundo set, antes de ceder su servicio en el último juego y convertirse en el oponente que menos le ha durado a Nadal durante una final en Barcelona.

Como ya sucediera el año pasado tras su décimo título, los espectadores que abarrotaron la pista central pudieron festejar la undécima victoria de Nadal en el Godó con un vídeo conmemorativo de sus mejores momentos en el RCT Barcelona-1899. “No esperaba esto ni en mis mejores sueños. El problema es que ya son muchos años, soy viejo, pero de momento aquí seguimos”, se despidió el manacorense.