Vitoria - La entrenadora alavesa, una de las más jóvenes de la máxima categoría del baloncesto femenino, tiene claro qué cosas le han faltado a su equipo para ser más regular. Estas semanas se centra en pulir a las futuras promesas del club vitoriano. Mientras, analiza todo lo sucedido durante este recién concluido ejercicio y medita sobre su futuro. En su mano está continuar un año más al frente del primer equipo de la entidad o apostar por afrontar nuevos desafíos.
Hace dos semanas que terminó la temporada. ¿Sigue sacando conclusiones de lo acontecido?
-Desde que acabó el campeonato han sido claras, pero ahora se acentúan más. La competición no te deja valorar lo que estás haciendo y creo que es muy meritorio que un equipo que cumple su segundo año en Liga Femenina y con las adversidades que hemos tenido haya logrado la permanencia con cierta solvencia.
Sobre el papel, ¿había mejor plantilla este curso que el del debut?
-Creo que sí. El grupo dio dos o tres pasos hacia delante, aunque es verdad que tuvimos la baja de Roundtree, pieza fundamental en esa confección porque era el pegamento que unía al bloque de casa con el de las extranjeras.
Los fichajes sí conocían la competición y tenían experiencia.
-Buscábamos eso, en lugar de hacer experimentos. Ya que podemos traer un número limitado de jugadoras porque hay muchas de la casa, por lo menos que las que vengan sean de ciertas garantías y creo en ese sentido que han estado a la altura.
Pero, ¿esperaba algo más de ellas?
-En el caso de Forster ella ha sido quien más afectada se ha visto por la baja de Margaret porque todas las defensas se han centrado en ella y eso le complicaba mucho generar para ella. Van Den Adel ha tenido muchos problemas físicos que no le han dejado rendir al 100% pero ahora, ya recuperada, esperemos que lo mínimo que nos de la temporada que viene sea lo mejor que nos ha mostrado este curso.
¿Hasta qué punto le ha faltado al equipo ser más regular en su juego a lo largo del curso?
-Bastante. Nos ha mermado mucho situaciones contradictorias dentro de un mismo partido. No hemos sido capaces de recomponernos en un encuentro y eso es producto de la falta de confianza en sí mismas. Tuvimos una crisis en ese sentido a mitad de temporada y desde el cuerpo técnico estuvimos animándolas. Fue en el choque ante el Cadi. Resultó ser un momento delicado porque nos quedamos fuera de la Copa y había mucha ilusión. Tocaba levantarse porque no siempre logras lo que pretendes. Es claro que ha faltado mucha regularidad.
Además el factor sorpresa por el estreno estaba amortizado.
-Por supuesto. Y encima los rivales, después de lo que hicimos el primer año, nos tenían ganas. Vencimos a todos los contrarios menos a Girona y Perfumerías y eso provocó que nuestros oponentes tuvieran ganas de revancha cuando se enfrentaban a nosotras. Nos han respetado desde el primer día y no hemos tenido ese boom del debut. Todo ha sumado.
¿Ha echado en falta ese juego anárquico y veloz que tanto caracterizó al Araski la temporada anterior?
-Claro. Pero no sólo eso, sino también mala leche y un poco más de carácter y ser más valientes porque es algo que a mí me gusta mucho. Nuestra defensa no ha estado a un nivel alto y eso te impide poder correr. Seguramente el problema de nuestro ataque haya sido el trabajo atrás.
Que Silva no haya sido regular, ¿se ha notado en ese aspecto?
-Siempre le he dicho a Roselis que es la linterna del equipo, la sangre caliente, la que transmite de tal manera que arrastra al resto. Cuando hablé con ella a final de curso le comenté que tiene que aprender a ser líder cuando a ella no le están saliendo las cosas y es lo que ha faltado. Ella ha sufrido esa crisis de confianza y se ha visto en la cancha.
Tras dos campañas en la máxima categoría, ¿cree que está asentado el proyecto?
-Yo creo que sí. El primer año no sabías ni lo que hacías porque es todo muy nuevo. Ahora ya sabes lo que hay, lo que necesitas y los números en los que te mueves para estar tranquilo. Seguimos con la misma filosofía de tener los pies en el suelo y no querer correr antes de saber andar.
¿Y usted como entrenadora?
-Tengo muchísimo que mejorar. Llevo muy pocos años de profesional. Creo que soy la segunda o tercera entrenadora más joven de la categoría y eso se nota.
Todavía no se sabe nada de su futuro. ¿Habrá sorpresas?
-Sinceramente no me gusta hacer las cosas rápido, porque quiero acertar en lo que es lo mejor para mí, pero sobre todo para el club. Me gusta ser generosa con la entidad y aun queriendo que renueve si yo no lo veo claro daría un paso a un lado. Me encuentro en ese momento de parar para analizar todo. Incluso estoy viendo los partidos de la temporada para ver los fallos que he tenido y de paso hablando con gente de confianza que me diga en qué no he estado bien. Cuando lo meta todo en la mochila y agite veremos a ver si sale el color verde de Araski.
O sea que no tiene decidido a día de hoy qué hará.
-Para nada. No me he parado a hablar con Livia -la presidenta del club- para ver si quieren que continúe, aunque las sensaciones son positivas. Estará en mi mano.
Resulta curioso que haya estado presente en la renovación de Van Den Adel y no se sepa seguro si usted va a seguir o no.
-Cubrir ese doble papel de directora deportiva y entrenadora es lo que tiene. Pase lo que pase buscaré lo mejor para el equipo. Si no dirijo yo la plantilla que quien lo haga consiga buenos resultados.
¿Ha buscado algo el club con la primera renovación en la figura de Nat?
-Es un mensaje hacia ella, lo primero. Es una forma de decirle que confiamos en su baloncesto y que queremos que esté aquí. Es positivo que haya aceptado tan rápido la renovación porque seguro que tendría ofertas. Su continuidad es una manera de dar continuidad al proyecto. Nos gusta sentar unas bases de un grupo de trabajo.
¿Tienen claro qué jugadoras serán baja?
-No. Al 100%, no. Es cierto que hay algunas que han acabado un ciclo, aunque todas no lo tenemos del todo claro porque hay bastantes cuestiones que valorar.
Lo que es evidente es que la base del grupo será la gente de casa.
-Sin duda. Es fundamental porque se construye sobre ellas. Pretendemos que las de fuera complementen lo que ya tenemos. Igual hay carencias en el juego interior porque no hay altura o físico y lo buscamos fuera. No queremos traer a las mejores, sino a las que mejor complementen a las locales.
¿En qué posiciones debe reforzarse claramente el equipo?
-Creo que en el juego interior es claro que ha habido rivales que nos han hecho daño por no tener una referente. Nos han cambiado los bloqueos y se han abierto mucho. No hemos sabido parar eso porque el perímetro no estaba preparado para ello. Entonces, en la pintura y una base que controle el tiempo de partido creemos que es básico.
¿Han avanzado algo en el tema de Roundtree?
-Seguimos hablando con ella, pero a finales de mes tiene la fase de ascenso a Liga Femenina y no queremos inmiscuirnos en su trabajo. Cuando esté más tranquila lo hablaremos, aunque la comunicación desde que se fue ha sido muy fluida.