EL Parejas de Danel Elezkano está siendo una escalada constante. Disipadas las dudas surgidas en el inicio por culpa de un dedo que le llevó por un camino de incertidumbre, el zaratamoztarra no ha parado de crecer. Un paso más en cada partido, mejor cada día. Su evolución ha sido notable, pero esto no ha sorprendido lo más mínimo a los que le conocen desde sus primeros pasos en la pelota. Desde aquellos días en los que acompañó a su hermano Ander al frontón o destacó en los campeonatos aficionados, el esfuerzo fue su arma principal. El talento lo tenía innato, pero el trabajo fue lo que le llevó a explotarlo al máximo. Filosofía que mantuvo en el campo profesional. Siempre con ese hambre insaciable por aprender. Ahora, en su mejor momento se presenta la oportunidad de calarse su primera txapela profesional en una final con solo un pronóstico seguro por parte de aquellos que le han visto crecer en los frontones: Elezkano no regalará nada y el trabajo hasta el último pelotazo es cosa segura.

El hermano con el que descubrió su amor por la pelota

El bautismo de Elezkano en la pelota llegó por medio de su hermano mayor Ander. Cuatro años más pequeño, Danel comenzó a acudir a los entrenamientos como espectador, pero pronto se convirtió en parte importante. “Mis padres tenían que venir conmigo al frontón y él venía también. Nos veía a los mayores y él también quería jugar. Así empezó todo”, cuenta Ander Elezkano, que actualmente se mantiene en activo como pelotari aficionado. El pequeño de la saga zaratamoztarra se unió a un grupo en el que varios pelotaris eran mayores que él. Recibió muchos consejos, pero también le tocó luchar contra las habituales diferencias de edad. “Siempre ha jugado bien a pelota y no ha necesitado bastantes consejos. Ha sido bastante autodidacta. Los mayores le intentábamos hacer trampas al pequeño y tenía que sacarse las castañas del fuego”, recuerda entre risas.

Ander destaca de su hermano el amor que tiene por la pelota. Ahora es su profesión, pero disfruta de los frontones como si del primer día se tratase. “La pelota para él es todo. Desde pequeño ha estado todo el día en el frontón y vive por y para la pelota. Aunque haya hecho sus estudios, siempre tuvo claro que quería ser profesional y ha tenido la suerte de llegar a profesionales y lo está viviendo con mucha ilusión”, declara el mayor de los Elezkano. Danel conoció la victoria desde muy pequeño. Los triunfos fueron cosa habitual para él en su primera etapa de formación. Era un pelotari con algo especial. “Cada campeonato que jugaba, si no ganaba estaba en la final. Pero nunca sabes si puede llegar a ser o no”, cuenta. Lo que estuvo claro es que el actual finalista del Parejas iba a pelear por ese sueño, trabajo no iba a faltar: “Siempre ha sido un chico con mucha personalidad, muy constante y trabajador. Así ha conseguido subir su nivel y poder estar ahí, jugando una final de profesionales”.

En casa han apostado por “dejar tranquilo” a Danel de cara a la final y tratar de hablar lo menos posible de ella. Todo para tranquilizarle antes de un día donde lo principal es disfrutar: “Creo que algo de nervios tendrá, pero la final es para disfrutarla. No sabes si puede ser la última. Espero que lo de todo y no se quede con pena de haber podido dar más en caso de estar menos nervioso”.

Un discípulo con mucho talento y fácil de entrenar

El frontón Elexalde de Zaratamo fue el lugar de los primeros pelotazos de Elezkano, donde todo comenzó. Pero su talento pidió más, necesitó un club en el que dar un salto de nivel y así emigró hasta Galdakao, al club Adiskide. En esa época, Mikel Etxegia ejercía de entrenador y fue uno de los encargados de dirigir los entrenamientos de una hornada de chavales en los que también estaban Mikel Urrutikoetxea y Mikel Larunbe. “Lo que hemos hecho bien es trabajar entre todos, empezando por ellos. Nosotros hemos puesto el granito de arena”, relata el entrenador nacido en Goizueta.

La irrupción de Elezkano en el club fue enorme. Los técnicos pronto comprendieron que tenían un diamante en bruto para pulir. Un pelotari con un talento enorme y, sobre todo, muchísimas ganas de comerse el frontón. “Tenía muchísima casta desde crío y teníamos claro que si no tenía ninguna lesión ni nada raro, iba a salir buen pelotari. Lo daba todo, no daba ninguna pelota por perdida y ya trabajaba muchísimo”, recuerda Etxegia.

El zaratamoztarra era una esponja, un pelotari al que “siempre le faltaban horas de entrenamiento”, siempre quería mejorar y tuvo claro desde el primer momento que el esfuerzo era el camino. “No se cansaba y ahora tampoco. Es un chaval que mete horas y la verdad es que es una gozada trabajar con gente así. Además, siempre ha sido muy crítico. Cuando no juega bien lo dice y no se esconde. Se exige mucho y con esta manera de trabajar, al final salen los resultados”, añade.

Los partidos se fueron sucediendo y las victorias llegaron una tras otra. Su propia categoría se quedó pequeña. Dominó su generación con puño de hierro en los primeros años y hubo que dar un paso más. “Desde muy joven ha estado jugando con contrarios que eran mayores. En su categoría siempre estaba arriba y a ese tipo de gente hay que echarles un cable, meterles un poco más de tralla. Se le pedía dar algo más que lo que tenía en su categoría y Danel siempre respondía”, comenta Etxegia. Dominador en las etapas de formación, no necesitó demasiado tiempo para dar el salto a los frontones profesionales y este domingo dará otro paso de gigante más en su carrera al estrenarse en una final de Primera.

Compañero en aficionados y en profesionales

En aquella época de aprendizaje, Elezkano compartió muchas horas de entrenamiento con Mikel Larunbe. Compañero de entrenamientos y guardaespaldas en los partidos. Combinación de lujo que acabó por desembarcar en el mundo profesional. Ambos pelotaris han vivido caminos similares y este año los dos han peleado por hacerse un hueco en la final de este domingo, aunque en el caso del galdakoztarra tuvo que apearse del campeonato en la liguilla de los cuartos de final. “Estoy muy contento de que él esté en la final. Me alegro un montón. Le conozco desde hace mucho y sé la importancia que tiene para él este partido, ya que vive la pelota a tope. Respeto a los demás finalistas, pero es mi amigo y quiero que gane él, me alegraría terriblemente”, afirma Larunbe.

El galdakoztarra ya sabe lo que es vivir una final del Parejas. Lo hizo en la pasada edición del campeonato. Arrancó con ilusión, pero el peso de la final se le vino encima. “Viví la peor cara de la final. No por la derrota, si no porque lo que quería era dar lo mío. El año pasado me vine abajo psicológicamente, cuando empecé a fallar, me salí del partido y me pudo la situación”. Fue una lección aprendida para el galdakoztarra y con esa experiencia vivida manda un consejo a Elezkano: “Le diría que este lo más tranquilo posible y a partir de ahí, que intente hacer el juego que ha demostrado durante todo el campeonato, porque se ha visto que consigue los resultados con ese juego”.

El primer gran objetivo de Larunbe cuando firmó por Asegarce era jugar junto a su amigo. Repetir lo hecho en los frontones aficionados y formar pareja como profesionales. Sueño cumplido. Ahora, el galdakoztarra sueña con otro partido, un reto mucho más complicado, coincidir en una final de Primera. “Ojalá estemos los dos en una final, sería especial para los dos. Estando en la misma empresa ya sería algo muy difícil; ahora que estamos en diferentes, como mucho podríamos jugar en contra. Es casi imposible, pero por soñar”, comenta. Ese sueño deberá esperar y en esta ocasión a Larunbe le tocará ver la final desde la grada. El galdakoztarra lo tiene claro: “Ahí estaré animando y ojalá pueda ir a celebrar la victoria luego con él”.

El momento en el que la referencia se convirtió en consejero

Como muchos pelotaris vizcaínos, Elezkano creció con la figura de Pablo Berasaluze como referencia. Imitar sus acrobáticos remates eran costumbre y cuando pudo aprender de él de primera mano, el zaratamoztarra no se lo pensó. “Teníamos algo de relación de coincidir en los vestuarios y un día me vino para preguntarme a ver si podía entrenar ciertos aspectos. La verdad es que siempre he tenido una buena relación con él y no tuve ningún problema. En todo lo que le he podido ayudar, he tratado de echarle una mano”, declara el berriztarra. Así, Elezkano se unió a un grupo lleno de pelotaris vizcaínos. Trató de aprender de ellos y no tardó en convertirse en uno más. “Es un pelotari calladito, pero cuando coge confianza ya habla más. Es buena persona y buen compañero”, reconoce. En su última época como profesional a Berasaluze le tocó ejercer de tutor de la prometedora hornada de vizcaínos que le sucedió. Pelotaris jóvenes que mejoraron con los consejos del delantero de Berriz. “Es bonito ayudar a pelotaris jóvenes que vienen para arriba y si es en Bizkaia más. Es muy bonito para mí también y si les he podido ayudar en algo, encantado de la vida”, declara.

Berasaluze vio por primera vez jugar a Elezkano cuando el zaratamoztarra se estrenó como profesional y en su año de despedida le tocó enfrentarse muchas veces contra él. “En mi último año, el de mi despedida, jugamos bastantes partidos en contra. Entonces ya jugaba a pelota. Este Campeonato le ha dado el punto para subir hacia arriba, pero Danel desde que debutó ha sido un pelotari muy regular, de perder muy poca pelota y hacer las cosas bien”, explica el berriztarra. Por eso, a Berasaluze no le sorprende que Elezkano haya llegado a una final de Primera, ni el juego realizado durante este Parejas: “Danel es un pelotari bastante completo. Regala muy poco, hace las cosas muy bien y siempre elige bien a que pelota tiene que entrar. Defiende muy bien y a mí no me ha sorprendido. Ya se veía lo que jugaba y en este campeonato, con la buena ayuda de Rezusta, él ha subido para arriba también”.

La presencia de Elezkano en la final del Parejas confirma la buena salud de la pelota vizcaína en los últimos años. Atrás quedaron los campeonatos en los que la presencia de un vizcaíno en las rondas finales era anécdota. “En aquella época prácticamente solo estaba yo. Luego salió Urruti, que le ha dado mucho a la pelota en Bizkaia. Ahora sigue Elezkano, el año pasado se metió Larunbe, también estuvo Aretxabaleta hace poco... Eso es bueno para Bizkaia, para los pelotaris y para la afición vizcaína también”, reconoce Berasaluze.