Duración: 50:17 minutos de juego.

Saques: 1 de Urrutikoetxea (tanto 4) y 4 de Laso (tantos 3, 10, 12 y 22).

Faltas de saque: Ninguna

Pelotazos: 457 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 5 de Urrutikoetxea, 1 de Untoria, 13 de Laso y 1 de Albisu.

Errores: 2 de Urrutikoetxea, 1 de Untoria, 1 de Laso y 2 de Albisu.

Marcador: 0-1, 1-1, 1-2, 2-3, 2-4, 3-5, 5-6, 6-6, 8-7, 9-15, 9-16, 10-16, 10-17 y 10-22.

Botilleros: No hubo botilleros al ser las dos parejas de la misma empresa.

Apuestas: Se cantaron posturas de salida a la par.

Incidencias: Partido correspondiente a la 10 jornada de la liguilla de cuartos de final del Campeonato de Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Universidad de la Pelota de Markina. Buena entrada. 800 espectadores.

Como un martillo pilón, el golpeo constante de Unai Laso y Jon Ander Albisu fue resquebrajando la muralla de Mikel Urrutikoetxea y Álvaro Untoria en Markina. Pelotazos constantes e ideas claras. Cargar todo el juego atrás y madurar el partido para reventarlo. La estrategia fue clara y funcionó a la perfección. Los colorados solo aguantaron hasta el 8-8, a partir de ahí la defensa cayó y los azules no tuvieron piedad. El delantero navarro, con el viento de cara desde casi el primer pelotazo, aprovechó a la perfección sus oportunidades. Apenas erró y sus remates encontraron el éxito en más de una ocasión. Gran parte de culpa del escenario vivido por Laso fue de su compañero. Al ataundarra se le vio cómodo. Los cuadros largos fueron de su propiedad y marcó el ritmo del partido desde ahí. Se jugó a lo que él quiso y dejó atrapado a Urrutikoetxea, con muchísimos problemas para participar en el juego debido al buen hacer de sus rivales.

El inicio del partido fue frenético. Los colorados buscaron meter velocidad en los cuadros alegres. Mientras, los azules mantuvieron el tipo y jugaron su partido. Cero nervios cuando los rivales apretaron y amenazaron con romper el choque y confianza plena en su plan. Albisu apenas cometió errores durante todo el encuentro y sus pelotazos fueron haciendo mella, cada potente latigazo era respondido con menos fuerza. Untoria vio cómo el trabajo se le acumulaba y aunque respondió con entereza en los primeros compases, tuvo que sufrir más de la cuenta. Peaje demasiado caro para aguantar una segunda mitad así.

Urrutikoetxea trató de colaborar con su compañero, le quitó varias pelotas cuando pudo e intentó cambiar el guion del partido a base de remates. En el inicio su esfuerzo tuvo resultado. Aguantó las embestidas de Albisu y contrarrestó muy bien el enorme inicio rematador de Laso. Pero fue cuestión de tiempo. Al mismo tiempo que el dominio azul creció, la figura del zaratamoztarra empezó a empequeñecerse. Cada vez fue menos protagonista y su incidencia en el juego disminuyó. El vizcaino no estuvo cómodo, lo pasó mal. Impotente ante el buen juego de sus rivales e incapaz de echar una mano a un compañero que a cada golpe vio incrementado su sufrimiento.