Indecencias indecentemente indecentes. No lo puedo calificar de otra manera. Puedo entender muchas cosas, como que juntas coca cola y vino y surge pirrilera o como que mezclas Esteso y Pajares y resulta un truño descomunal. Entiendo que un futbolista cobre 15 millones de euros si es capaz de generar para su club, en múltiples conceptos, esos 15 millones de euros. Otra cosa es que me parezca, como a cualquier hijo de vecino, una indecencia ética tal y como está el mundo. Pero sí echo de menos que los futbolistas de élite, los reyes del mambo del balompié, los Oliver y Benji de la galaxia interestelar, den ejemplo con gestos. Gestos son, por ejemplo, subastas de sus camisetas, de sus botas, de sus calzoncillos usados, donaciones para asociaciones, campañas desinteresadas por buenas causas? Un Cristiano, un Messi? pueden hacer con su imagen que una guerra se pare, que unos niños no mueran de hambre, que las suegras sean reconocidas e idolatradas por sus yernos. Sólo con sus jetas, podrían propiciar que Rajoy y Puigdemont compartieran las burbujas de un jacuzzi bajo la romántica luz de la luna, que se cuenten los secretos del procés al oído mientras se hacen carantoñas al abrigo de sus albornoces. Qué imagen más bucólica. Pero nada, la élite elitista del fútbol mundial no se prodiga -al menos de puertas para afuera- en actos y hechos en favor de los desfavorecidos, del que podría ayudar levantando tan sólo el dedo meñique del pie izquierdo. Y cuando llegan las primas por buenos resultados a nadie se le ocurre un pequeño gesto, un guiño a la solidaridad, un algo que qué sé yo, que yo qué sé. Un ejemplo de la indecencia indecente. Recientemente los tres capitanes de la selección española -Sergio Ramos, Iniesta y Silva- llegaron a un acuerdo con la Federación Española por el que cada uno de los 23 jugadores que disputen el Mundial de Rusia percibirá 150.000€ netos más un reloj de entre 20.000 y 30.000€. Es menos de lo que se ha llevado Carlos Herrera del ente público por la cancelación de su programa, pero no está mal tanto cero. Lo del reloj me supera. Es precisamente eso lo que me resulta indecente. Por mucho que lo pague un patrocinador, ¿no se puede destinar esa ingente cantidad de dinero a una mejor causa? ¿No saldrían beneficiados, de hecho, la imagen de jugadores y patrocinador? Porque yo me pregunto: ¿cuántas muñecas tiene un futbolista de élite? ¿Dos docenas? Porque el temita del reloj es ya una tradición en la selección, como cenar con un cuñado listo en Nochevieja. Así, la Federación Española pagó la bonita cantidad de 598.250€ por 31 relojes de lujo por la clasificación para la Eurocopa 2012. Por el Mundial de Brasil 2014 se desembolsó 508.200€ por 35 perucos del ala. No está nada mal. Años antes, en Sudáfrica 2010, cada reloj regalado ascendía a 25.000€. Y deben tener tres agujas, como el mío. Para Francia 2016 la factura subió a 464.400€, abonados además por Villar cuatro días antes de que ingresara en la cárcel de Soto del Real. Hasta el propio mandamás vizcaíno se llevó un Hublot con la grabación ‘Presidente’. De cara al próximo Mundial, a sus señorías futbolistas parece gustarles el modelo Patek Philippe Nautilus, un cronógrafo de moda entre las clases pudientes. Lo que les decía, 5 relojes de lujo en 8 años para una sola muñeca. Qué oportunidad perdida para demostrar que, además de grandes futbolistas, se puede ser solidario dando ejemplo. Normal que los niños sigan diciendo que de mayor quieren ser futbolistas, con 5 relojes, 8 cadenas de oro y 7 piercings por el cuerpo. Es lo que hay. Desastre. Lo reconozco. La segunda parte del partido ante el Getafe ni la vi. Me fui de mala leche, decepcionado, horrorizado? ¿Cómo es posible que un equipo te pase por encima en sólo 10 minutos? ¿Dónde estaba la defensa? ¿Dónde estaba la medular? ¿Dónde está la censura para evitar ver esos espectáculos vergonzosos? Con Zubeldía no me gustaba cómo cazaba la perrita. Ahora ya ni veo a la perrita?