GASTEIZ - Desde el latido del Tour, porque en el Giro, su territorio -tercero en 2015- se le esperaba, las miradas confluyeron irremediablemente sobre Mikel Landa y su ciclismo irreverente. Su soberbia actuación en la Grande Boucle -se quedó a un solo segundo del podio de los Campos Elíseos después de proteger a Chris Froome- sobredimensionó al alavés, convertido en rock&roll star del pelotón con permiso de Peter Sagan y su melena. El eslovaco derrocha talento en las clásicas, corriendo sobre el arcoíris, -tres veces campeón del Mundo- y el vasco se desboca en las alturas, entre las montañas y las cordilleras. El hábitat de Landa es el cielo y las grandes vueltas. Hacia ese Olimpo corre el alavés, el deseado. El Tour, la carrera amarilla, la del sol, tiñó de purpurina a Landa tras su brillante cabalgada. Un ciclista de oro. El color de las coronas. “Es el ciclista con más talento”, certifica Ivan Basso.
En la puja abierta por colgarse de las magníficas piernas de Landa, frenéticas cuando se trata de escalar, ganó Eusebio Unzué, que lo reclutó para el Movistar, donde compartirá jerarquía con Quintana y Valverde. El tridente quiere trinchar a Froome, el emperador del Tour. Por un instante, Ivan Basso, campeón del Giro en el 2006 y 20010 y en dos ocasiones podio del Tour, imaginó ser Unzué, el mánager que convenció a Landa para unirse al proyecto de la conquista del Tour. “Si tuviera la oportunidad de fichar a un corredor, sería a él”, expone el varesino. Ocurre que Basso no dispone del poderoso arrope de un equipo de WorldTour, pero eso no implica que detecte que Landa “es el corredor que atesora más talento, el más fuerte”. Solo las escuadras mayor músculo financiero podían acceder al alavés. A Landa se le amontonaron las ofertas hasta que se decantó por el Movistar, donde según Basso, Landa seguirá creciendo. Froome le espera como uno de sus grandes rivales.
un ciclista al asalto El italiano acompaña a Alberto Contador en la aventura de la Fundación Contador, en su botadura como equipo Continental, donde Pello Olaberria es parte del staff. El madrileño y el italiano, compañeros de equipo en el Tinkoff, velan por la cantera. Ivan Basso observa en Landa el relevo natural del madrileño, si bien sostiene que es difícil encontrar un nuevo Contador porque el madrileño “es un campeón único”. La vinculación que se hace entre Contador y Landa no es nueva. Son numerosas las voces que emparentan al inconformista alavés con Contador por su manera de correr. Como si ambos compartieran estirpe y árbol genealógico.
La escapada que Landa y Contador protagonizaron durante la pasada edición del Tour camino de Foix es uno de los momentos estelares del alavés. “Mikel, hoy es el día para que entres en la general. Es perfecto para el Sky”, le animó Contador, su compinche aquel día en el que ambos se agarraron a la bandera pirata y corrieron con coraje. Al asalto. Landa no sabe hacerlo de otra manera. Eso le diferencia de otros grandes corredores, que sin embargo ofrecen un perfil más bajo y pacato, donde Landa mostró parte de su enorme catálogo, disparó todavía más su cotización en el parqué bursátil, que alcanzó cotas inimaginables tras la contrarreloj de cierre en Marsella.
Antes, en el Giro, se exhibió entre las montañas después de recomponerse tras su caída camino del Blockhaus. Una moto derribó a Mikel Landa, que despachó al alavés para la general, pero no por la memoria. Sin bridas, Landa voló libre. No solo venció en Piancavallo. Su despliegue por las cumbres italianas resultó formidable a pesar de que dos triunfos se le escurrieron entre las manos. El primero ante Nibali y el segundo frente a Van Garderen. Después de la carrera italiana, Landa se personó en el Tour con el uniforme de mayordomo. A las órdenes de Froome. Cumplió con el mandato del británico, el rey del Sky. Ahora quiere sentir el peso de la corona. Basso cree que Landa es el nuevo rey.