Duración: 49:10 minutos de juego.

Saques: 1 de Olaizola II (tanto 7) y 4 de Altuna III (tantos 10, 17, 18 y 21).

Faltas de saque: 1 Olaizola II y 2 de Altuna III.

Pelotazos: 253 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 7 de Olaizola II y 11 de Altuna III.

Errores: 5 de Olaizola II y 2 de Altuna III.

Marcador: 1-0, 2-1, 3-1, 5-2, 55-, 6-5, 7-6, 7-7, 8-11, 8-12, 9-14, 10-15, 11-21 y 12-22.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Jon Olaizola (con su primo Aimar) y Ekaitz Saralegi (con Jokin Altuna).

Apuestas: Se cantaron posturas de salida de 100 a 90 a favor de Olaizola II.

Incidencias: Partido correspondiente a la semifinal del Cuatro y Medio de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Llenazo. En el primer partido, correspondiente al tercer y cuarto puesto del Cuatro y Medio de Segunda, Ugalde se hizo con el bronce al ganar al vizcaino Elordi (11-22). En el tercero, Laso-Albisu vencieron a Ezkurdia-Martija (18-22).

iruñea - A Jokin Altuna le dicen artista porque de cada uno de sus dedos se cae un poco de polvo de estrellas, porque roza lo inverosímil en el remate y pelea el cuerpo a cuerpo con descaro y ambición. El hambre no le destruye el duende. Lo estimula. Pero ha cambiado. Es Robert Johnson redivivo en un cruce de caminos. Misisipi como telón de fondo. O el Labrit de Iruñea. Una guitarra, el blues. Una pelota, el frontón. A Johnson, cumpliendo la mayoría de edad, le vieron las costuras en la música. Esperpento. Desapareció unos meses. Volvió siendo el mejor con las seis cuerdas. Impacto. ¿Pacto con el diablo? Ese fue el inicio del mito y el final de su vida. En una encrucijada, su cuerpo pidió tierra y polvo y parió una leyenda. Tenía 27 años. Altuna III esculpió su hoja de ruta a base mordiscos a un bocadillo en el frontón de Amezketa y encontró en sí mismo a un artista. Y algo más. Picasso lo dijo. Que la inspiración llegue con el trabajo. No creía en Robert Johnson. La picardía nace con el estómago vacío. El hambre espolea al delantero guipuzcoano. Lo vuelve impredecible. Y sensato. Una dicotomía nueva. Se acoda en el cable del funambulista o empieza la casa por los cimientos. Un camaleón. La inspiración, el trabajo y un cerebro como una esponja son las bases del éxito. Ni más ni menos. Insaciable el talento, Altuna III está recomponiendo su imagen de artista, como le dicen, para exponer una versión distinta: más sólida, más de tajo. Gigante.

En esas, el ensayo diario se derrama bajo sol de otoño y el martillo invernal. Fríos los huesos, crece el alma de los trabajadores. Aimar Olaizola sucumbió ante esa imagen en el Labrit de Iruñea. El delantero de Goizueta, siete veces campeón del Cuatro y Medio oficial y otras seis del de San Fermín, cayó ante un rodillo que trabajó a la perfección. Altuna III tiró de inventario para enseñar su mejor cara. Cerca de la perfección. Sobre todo, a la hora de fabricarse a sí mismo, de generar el tanto, de dar velocidad al cuero. Ante la tormenta perfecta, asomó el talento. Lo que faltaba. Un palacio en la jaula. Aimar fuera de órbita. Altuna III enchufado. Camino a la final del Cuatro y Medio, a la que Jokin accede por segunda vez consecutiva pero de un modo distinto. Tiene 21 años. En un curso ha transmutado su imagen. Sigue el artista, el descarado; crece el talento, que tiene muchas madres, a la hora de leer cada duelo. Eso se tiene o no. O se encuentra en cruce de caminos. Da igual. Es el billete al Olimpo. ¡Qué más da!

Jokin accedió ayer a la final del acotado después de haberse visto cara a cara con el fracaso. El inicio fue de Aimar, que descorchó la eliminatoria con autoridad. Emperador. Un terreno más que conquistar. Una nueva plaza. El goizuetarra jamás ha vencido al joven de Aspe en el Cuatro y Medio oficial. Y tendrá que esperar un año más. Bien, impuso su ley el navarro merced a un dominio del juego y una falta de saque -corta- que penó el inicio de Altuna III.

Con el 5-1 cambió la tendencia. Fue un golpe de timón. La brújula se le empañó a Olaizola II, que no volvió a ser él mismo. Se perdió entre la velocidad de su contrincante, que regaló otra falta de saque. Estuvo superado de cabo a rabo. Dos partidos: uno colorado, rápido, sin incidencia; el otro, un monólogo azul. Jokin endosó un 5-21 que descoyuntó la eliminatoria y aupó su hoja de ruta. Un volcán.

Se repuso el guipuzcoano con una falta de saque de Aimar. Fue el 5-2. Dos saque-remates anunciaron nubarrones. Jokin se puso mandón. El pleiteo lo marcó la velocidad de Jokin. Un buen gancho de Olaizola que se fue fuera puso el empate a cinco. Aun así, no se le acabó la fortuna. Otra falta de saque de Altuna le dio ventaja sin pelotazos y clavó otro primer disparo. Tras el 7-5 no hubo más salsa. El goizuetarra quedó en tierra de nadie, incómodo, fuera de foco. Su contrincante asomó sólido tanto en el resto como en el saque. Altuna fue menos genio y más áspero. Un palmo más pelotari.

Olaizola II se equivocó al buscarle con el gancho. Altuna supo leer y defender. Encontró réditos en el ritmo. Jokin vio la vía de agua. Olió la sangre. Olfato de tiburón. Empató en el séptimo cartón y se fue directo al 7-11 (2-10 de parcial). El traqueteo dejó a Olaizola sin armas ni en el peloteo ni en el remate, empeñado en buscar el ancho cuando su rival le esperaba en la contrancancha. Si hubiera buscado el txoko, quizás otro gallo hubiera cantado. El de Asegarce tuvo que defender. Y naufragar. Jokin se puso 8-14, reinando con golpe. Veneno en las venas. Un error y un gancho de Olaizola quisieron poner pimienta. No hubo más, solo un gran Jokin y maquillaje de Olaizola. Altuna III arrolló para meterse en la final. Ya no hay sorpresa que valga. Es otro. Nadie sabrá si lo negoció en un cruce de caminos, pero exige su lugar en el Olimpo.

Semifinal en Logroño. Después del triunfo de ayer de Jokin Altuna y su clasificación para la final del Cuatro y Medio de Primera, Oinatz Bengoetxea -campeón en curso- y Mikel Urrutikoetxea pugnarán por un hueco en la pelea por la txapela en el frontón Adarraga de Logroño a partir de las 17.00 horas.

Las claves. Tanto el leitzarra como el de Zaratamo tienen un dedo roto. El navarro ya jugó el duelo contra Víctor con el índice de la derecha fracturado y no le pasó factura. El vizcaíno, por su parte, acabó con el anular de la zurda maltrecho en Balmaseda y tendrá que sufrir en la cita logroñesa.