BARCELONA - El Barcelona afronta su primera crisis de la temporada. Bueno, mejor dicho, el conjunto culé no termina de apagar el incendio generado tras la fuga de Neymar Junior a la ciudad de la luz. Mientras los aficionados del PSG se frotan los ojos tras el buen debut del brasileño frente al Guingamp, con gol y pase incluido, en el Camp Nou empiezan a ponerse nerviosos. La imagen que el equipo de Ernesto Valverde mostró en la ida de la Supercopa (1-3), timorato ante la portería de Keylor Navas y a merced del Madrid cuando los de Zidane pusieron una marcha más, no ha gustado al entorno culé, que da por perdido el título que se dilucidará mañana, a partir de las 23.00 horas en el Santiago Bernabéu. El extécnico del Athletic cosechó su primer borrón en el banquillo del Camp Nou. Pero las críticas se han dirigido al palco. Desde todos los ámbitos, incluida la propia plantilla blaugrana, exigen a Josep María Bartomeu la llegada de fichajes de relumbrón. Pero está por ver si con unos cuantos cromos se solucionan los signos de debilidad que arrastra el equipo desde la pasada temporada.
El propio Valverde reconoció el domingo por la noche que su equipo está tocado. “Es lógico, pero es cuestión de tiempo”, subrayó el de Viandar de la Vera, pese a insistir en que, en líneas generales, fue un partido “disputado”. “No nos gusta perder, mucho menos contra el Real Madrid y mucho menos cuando te juegas un título. Pero dentro de esto, hay cosas en el juego que podemos rescatar. Hemos tenido opciones y el duelo ha estado abierto hasta el final. Hay que mirar hacia delante”, enfatizó Txingurri, que espera varias incorporaciones antes de que se cierre le mercado de verano: “Somos el Barcelona, queremos tener mejor equipo y hasta el 31 de agosto exactamente igual que el resto. Habrá cambios en el grupo en este tramo”.