bilbao - Serios y trabajadores, Mikel Urrutikoetxea (Zaratamo, 1989) y Beñat Rezusta (Bergara, 1993) vivieron la cruz en la antesala a la final del Manomanista. Oinatz Bengoetxea e Iker Irribarria, respectivamente, les superaron y se quedaron a las puertas. Los dos manistas desbrozan un encuentro en el que ven como favorito al zurdo de Arama. “Es el campeón, es lo lógico”, determinan. Además, firman ser ellos los contendientes del partido más importante del próximo curso. “Lo firmo rápido, además”, apostilla el zaguero.
Ustedes quedaron clasificados como tercero, Urrutikoetxea, y cuarto, Rezusta, del Manomanista. En la final se enfrentarán sus verdugos en las semifinales, Bengoetxea VI e Irribarria. ¿Cómo ven el enfrentamiento entre el campeón y el veterano leitzarra?
-BEÑAT REZUSTA: Si me preguntaran por quién me decanto, tiraría por Iker Irribarria, pero se trata de un choque muy abierto. Se ha visto que Oinatz Bengoetxea está a gran nivel y que es muy peligroso. Pone donde quiere casi todas las pelotas. Eso sí, si tuviera que decantarme por un contendiente, sería por mi compañero de empresa, pero la final será abierta.
-MIKEL URRUTIKOETXEA: Yo veo el duelo del mismo modo que Beñat. Al final, todo se juega a un partido y ese día, el del encuentro, tienes que dar el cien por cien. Si no estás a tope, cualquier adversario, y más en este nivel, te pasa por encima. De todos modos, veo la final del lado de Irribarria porque es el campeón, también por cómo ha jugado y porque tiene grandes cualidades para disputar esta disciplina. Oinatz, aun así, es un pelotari muy complicado de batir.
¿Por dónde pueden ir los tiros en el encuentro de mañana en el frontón Bizkaia?
-B. R.: Iker si quiere ganar tiene que colocar a Bengoetxea VI lejos del frontis y aprovechar su golpe y facilidad de gozar. Al final, Iker mete casi todas las pelotas en la mano. Tiene que tenerle atrás. En el caso de Oinatz, su partido pasa por enredar, incomodarle, perder poca pelota, moverle de lado a lado e intentar enredarle la pelota en los cuadros alegres. De cualquier modo, se ha visto que Irribarria, a la mínima que coja un cuero, lo pondrá muy lejos. Es un adversario complicado.
-M. U.: Efectivamente. Tal y como cuenta Beñat, el estilo de cada uno es diferente. Uno se basa en tener al contrario lejos y terminar cuando puede y el otro, al revés. Oinatz pretende rematar a la mínima. Pero, si está más allá del seis, eso se hace muy difícil.
La final se disputa en el frontón Bizkaia de Bilbao, donde vienen desarrollándose las últimas citas por la txapela. ¿Se adapta mejor a las características de un pelotari que a las de otro?
-M. U.: Igual, por las circunstancias de la cancha, se acerca más al estilo de Irribarria que al de Bengoetxea VI, pero todos estos frontones son nobles. Al final, el pelotari está acostumbrado a los sitios en los que se juega muchas veces al año.
-B. R.: A Oinatz quizás le hubiera gustado un frontón más rápido y agresivo, por su modo de jugar. Pero en los últimos años casi todas las finales se disputan en Bilbao porque es un buen emplazamiento y cabe mucha gente. Se está viendo que el que quiera ganar txapelas tendrá que hacerlo en el Bizkaia, porque casi todas se disputan allí. Ya sabíamos antes de empezar el campeonato que nos iba tocar allí.
Mikel se enfrentó el curso pasado a Irribarria en la final del Manomanista. ¿Consideran que ha evolucionado?
-M. U.: En lo que he podido observar de él en los partidos del presente Manomanista no creo que haya cambiado demasiado su patrón, porque juega mucho en la modalidad. Es muy completo, tiene mucha pegada y es muy difícil hacerle frente.
Beñat, usted lo ha sufrido en sus carnes.
-B. R.: Sí. Juega una barbaridad, pero como todos va aprendiendo cosas con el tiempo. Creo que va puliendo defectos a la hora de defender en los cuadros alegres y en el remate. Va cogiendo cosas. El año pasado, no obstante, ya jugó una barbaridad.
¿Les sorprendió que Irribarria sacara a relucir otras facetas en la semifinal, si bien no pudo terminar de romper con el golpe?
-B. R.: El año pasado ya enseñó qué tipo de rival es. Sabía qué tipo de partido tenía por delante antes de jugar. Bien es cierto que en el Astelena hizo cosas increíbles, como los restos que hizo por la pared. Antes, ya había demostrado qué talla tiene. No me sorprendió.
Por otro lado, Oinatz Bengoetxea está en un gran estado de juego. No es un desconocido, ¿no?
-M. U.: Oinatz es un grandísimo pelotari y no lo está demostrando solamente este año. Lleva catorce en el profesionalismo y siempre ha mostrado que es uno de los de arriba, por eso ha jugado tantas finales. Ya dije que quizás ha tenido a dos figuras por encima, que son Martínez de Irujo y Olaizola II, y no ha podido ganar todos los títulos que merecía. Oinatz ha estado ahí y eso es por algo.
-B. R.: Sin duda. Lleva una temporada larga en la que le sale casi todo. Eso es por la confianza que tiene. Está con chispa, con juego. En el Cuatro y Medio se llevó la txapela y en el Parejas accedió a la final. Está peligroso. Intenta ganchos desde el cuatro y medio y el cinco y le salen. Eso es porque anda con mucha confianza.
Eso es fruto de los momentos de juego, ¿no?
-M. U.: Está rindiendo a buen nivel durante muchos años. Esta temporada le están llegando mejores resultados en las tres modalidades.
Comenta el leitzarra que ha cambiado su modo de afrontar los campeonatos, que prefiere disfrutar del partido a partido. Dice que ya ha conseguido txapelas, que los títulos importan, pero que valora el ir de duelo en duelo. ¿Por eso puede tener más presión Irribarria?
-M. U.: No. La presión es la misma para los dos porque tienen el mismo premio, que es muy grande. Oinatz venía de ganar en la jaula, llegó a la final del Parejas y la del Manomanista. Entonces, él ya había cumplido, porque ya había llegado a dos finales. Así juegas más tranquilo. Con otra presión.
-B. R.: En una final, el que diga que juega sin presión o que es como en otro partido, bajo mi punto de vista, miente. Una final, por la gente que se desplaza, por la importancia que se le da, la quieres ganar sí o sí. Igual no la juegas como en otros encuentros, porque las ganas de ganar hacen que cueste más saltar a la cancha.
¿Cómo vivió Irribarria durante el Parejas el contacto con la presión y el favoritismo?
-B. R.: Bien. Sí que piensas en lo que se oye o en lo que la gente habla, pero Iker está demostrando que esas cosas las lleva bien siendo muy joven. Al final, tiene dos txapelas y mañana disputa otra final. Si quiere ganar títulos, tiene que saber llevarlo.
¿Gestiona bien ese tipo de cuestiones?
-B. R.: El salir tan joven campeón del Manomanista lo ha llevado bien. En la final del Parejas le vi bien. En 2016, además, si no hubiera sabido manejar esos temas, no hubiera ganado. Está demostrando que se amolda bien a esas circunstancias.
Se han decantado un poco por Iker?
-M. U.: Al final es el campeón, ¿no? Es lógico.
Pero, ¿se mojarían con un resultado para el envite del frontón Bizkaia?
-M. U.: Es complicado. Si lo supiera? (Risas). No lo sé. Espero que sea un encuentro igualado para que los que lo vemos desde fuera podamos disfrutar. Por lo menos, ya que no podemos estar en la cancha, que veamos un duelo parejo y bonito.
-B. R.: Como dice Mikel, eso sería lo mejor para todos. Sinceramente, también espero un choque igualado, porque para todos es bueno que haya finales bonitas. No sabría decir un resultado, pero ojalá que haya un partidazo.
Son cada uno de una empresa, así que si gana el de la suya, mejor.
-M. U.: Bueno, lo mejor para nosotros es haber ganado uno de nosotros (risas). Eso sí, para la empresa sería bueno.
Les tocará jugar el telonero. Un auténtico partidazo: Urrutikoetxea-Albisu contra Altuna III-Rezusta.
-B. R.: Es un choque bonito. Es distinto para nosotros. Es el día de ellos. Hay que cumplir y que luego los protagonistas den lo suyo.
-M. U.: Es bonito, pero, como dice Beñat, da un poco de envidia que no somos nosotros los que salimos a disputar la final. Es un duelo más.
¿Pasarán envidia?
-M. U.: Lógicamente, sí. Todos los que estábamos en la presentación del campeonato pensábamos en llegar a la final de mañana y quedarse a un solo encuentro, en semifinales, da envidia sana. Están allí los que más se lo merecen.
-B. R.: Envidia, sin duda. Cuando empezó el campeonato no pensaba en llegar hasta las semifinales, pero cuando uno alcanza esa fase, siempre quiere más y llegar a la final. Quedarse a un partido, como dice Mikel, es una faena. Aun así, Iker fue mejor que yo, pero no hay más que trabajar mejor en 2018 y pelear por llegar más lejos.
¿Firman verse las caras por la txapela el curso que viene?
-M. U.: ¡Claro!
-B. R.: Y, rápido, además.