acapulco - Acapulco ya tiene su final. A Rafa simplemente le bastó ser Nadal, la bestia que el mundo se resiste a olvidar, para destrozar a Marin Cilic, que desplegando un ejemplo de inactividad e ineficacia de manual fue el viernes menos que una sombra de sí mismo (es el número 8 del mundo). El último obstáculo es Sam Querrey, verdugo del australiano Nick Kyrgios, que promete, al menos, más guerra.

El croata Cilic se olvidó, aparentemente, de su propio potencial. Su derecha no apareció más que para fallar: 16 errores no forzados en el primer parcial, contándose en 31 el total, y un listado muy doloroso de breaks a su a priori potente saque. Quizá el bajón de su rendimiento tuvo que ver con la ausencia de partido en cuartos, ya que Steve Johnson renuncio al mismo por lesión.

La cita contra el estadounidense Querrey no pinta nada mal para Nadal. Si de algo sirven números o estadísticas varias -que la mayoría de veces sí- la trayectoria del español en México invita a la euforia: 14 partidos, 14 victorias, 28 sets, 28 ganados.

Si solo cabe centrarse en lo que han deparado los duelos con su próximo rival, el optimismo no disminuye. 4-0 en los cruces entre ambos, el último lo ganó Rafa en Madrid con un autoritario 6-4 y 6-2. Esto se refleja en el ránking mundial. Nadal actualmente es el número 6 del mundo, mientras que Querrey es el número 40.

Eso sí, el signo de la promesa de batalla que puede presentar la final se adivina en la trayectoria de Querrey en este torneo. El último en caer ante sus derechazos fue Kyrgios, sexto preclasificado, pero anteriormente mayores gigantes cayeron. El belga David Goffin y el austriaco Dominic Thiem, quinto y cuarto en la lista de cabezas de serie, sucumbieron ante un tenis muy bien hilado y que promete espectáculo si Rafa sigue siendo fiel a sí mismo.

Pero el júbilo se ensombreció algún tono con las insinuaciones del manacorí sobre su posible ausencia de la Copa Davis por el “riesgo” de aumentar “lesiones y contratiempos” en la rueda de prensa posterior a la semifinal. “Si voy a Copa Davis, voy a tener solo seis días de adaptación para empezar uno de los torneos más importantes para mí, como lo es Montecarlo, y tendría que hacer un cambio drástico”, avisó. - I.S.