el sueño de Hiroshi Hoketsu se desvaneció cuando Whistler se puso enfermo. El jinete japonés, que ya tomó parte en Tokio 1964, aspiraba a sus 75 años a ser el deportista de más edad en disputar unos Juegos Olímpicos. Hoketsu se había entrenado en Alemania y en Inglaterra, pero en mayo su caballo no estaba en condiciones de competir en las pruebas de selección de la modalidad de doma y todo el trabajo se fue al traste porque “no quise forzar a Whistler”. “No sé si tendré más oportunidades, ahora lo que me preocupa es que el caballo se recupere”, dijo entonces un deportista que participó en los Juegos de Londres con 71 años y que no descarta llegar a Tokio 2020, donde podría cerrar un círculo increíble.

De esta forma, sigue siendo Oscar Swahn el más veterano atleta olímpico de la historia. Este tirador sueco participó en los Juegos de Amberes de 1920 cuando contaba con 72 años. El espíritu olímpico no entiende de edades y en el otro lado se encuentra Dimitris Loundras, un gimnasta griego que disputó los primeros Juegos de la historia en Atenas en 1896 con 10 años y 218 días y es también el medallista más joven de todos los tiempos.

En Río, donde por primera vez compiten atletas nacidos en el siglo XXI, el espíritu de Loundras lo encarnará la nepalí Gaurika Singh, una nadadora de 13 años que, además, sobrevivió al terremoto ocurrido el año pasado en su país, a donde se había desplazado desde Londres, su lugar de residencia habitual, para disputar el campeonato nacional. Entre ella y la deportista más veterana de estos Juegos, la amazona neozelandesa Julie Brougham, que tiene 62, hay casi 50 años de diferencia. Sin barreras de edad, salvo en algunas pruebas excepcionales por su dureza, nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para ser olímpico y en el caso de Singh y Brougham, ambas se estrenan en unos Juegos.

veteranos a caballo Es la equitación un deporte que admite la longevidad mejor que ningún otro. En el propio equipo de Nueva Zelanda competirá Mark Todd, con 60 años, en sus octavos Juegos. Australia presenta a Mary Hanna, casi 62 años y ya abuela, y a Sue Hearn, de 60 años, que también debutará en unos Juegos tras entrar en el equipo como reserva. Aún más paradigmático es el conjunto británico que incluye a John Whitaker, de 61 años, en sus sextos Juegos; a su hermano Michael Whitaker, de 56 años, en sus quintos Juegos; y a Nick Skelton, de 59 años, que tomará parte en su séptima cita olímpica.

Y de las pruebas ecuestres se quedó fuera a última hora Ian Millar, de 69 años, el deportista con más participaciones olímpicas de toda la historia. Su caballo no estuvo disponible para las pruebas clasificatorias y el veterano jinete no fue elegido por el equipo de Canadá por lo que perdió la posibilidad de disputar sus undécimos Juegos, un registro seguramente imbatible. Pero en el equipo está su hija Amy, por lo que el apellido se perpetuará en el recinto de Deodoro.

No llegan a tanto, pero hay otros deportistas en Río que son ejemplo de persistencia olímpica. Lesley Thompson-Willie, remera canadiense de 56 años, competirá en sus octavos Juegos. Empezó en Los Ángeles 1984, la referencia en la memoria de los aficionados que han pasado los 40 años, y no ha parado desde entonces. También presentan una trayectoria admirable el marchador madrileño Jesús Ángel García Bragado, que con 46 años alcanzará en Río sus séptimos Juegos, los mismos que el tenista indio Leander Paes, que tiene 43 años, o la uzbeka Oksana Chusovitina, que con 41 años va a ser la gimnasta con más Juegos, en los que ha vestido los colores de la Unión Soviética, de Alemania y, ahora, de su país natal. Un modelo de permanencia en lo más alto, Chusovitina podría ser la entrenadora de sus rivales, pero aún compite contra ellas, incluso después de haber sido madre.

Martin Marinov, piragüista australiano de 49 años, está en sus quintos Juegos. Antes había competido y ganado medallas en Seúl y Barcelona por Bulgaria. Su caso es especial porque en los Juegos de Pekín y Londres fue entrenador dentro del equipo aussie. En esta ocasión decidió probar suerte en las pruebas de selección y logró una plaza como canoísta. Por Australia compite también la tiradora Lalita Yauhleuskaya, con 53 años, toma parte en sus sextos Juegos y en dos de ellos representó a Bielorrusia. También cumplen seis citas olímpicas el navegante Robert Scheidt, que tiene 43 años, acumula cinco medallas y fue el abanderado de Brasil en Pekín 2008. El argentino Santiago Lange, de 54 años, también tomará parte en sus sextos Juegos, lo mismo que dos deportistas que lo hacen en disciplinas muy distintas. Por un lado, la sueca Therese Alshamaar se convertirá a sus 38 años en la primera nadadora de la historia en participar en seis Juegos. La misma edad tiene la brasileña Formiga, que ha disputado las seis ediciones del fútbol.

madres en la élite Igual que Chusovitina, la atleta británica Jo Pavey dio a luz y pensó en retirarse después de Londres, pero regresó al tartán donde a sus 42 años aún sigue siendo competitiva y afronta sus quintos Juegos Olímpicos. Por su parte, Gemma Mengual anunció su retirada unos meses antes de Londres 2012 “porque ya he dado todo lo que tenía quedar en la piscina”. Desde entonces, la catalana ha tenido dos hijos, pero ha decidido regresar a sus 39 años para la cita de Río, siendo una opción de medalla en la natación sincronizada junto a Ona Carbonell. No obstante, la cuadratura del círculo la representan Nino Salukvadze, una tiradora georgiana de 47 años que en sus séptimos Juegos compartirá equipo con su hijo Tsotne Machavariani, de 18 años. Será la primera vez en la historia que sucede que una madre y un hijo compiten en los mismos Juegos. En esa disciplina, Sergei Martynov, bielorruso de 48 años, defenderá en sus sextos Juegos su título olímpico en rifle de 50 metros.

El tiro con arco, otro deporte que admite a competidores muy veteranos, ha vivido una renovación para los Juegos de Río de tal forma que la griega Evangelia Psarra será la participante con más edad, 42 años, en sus quinta cita olímpica.

Mucho mérito tienen también los quintos Juegos de Juan Carlos Navarro, que no se ha perdido una cita desde Sydney 2000 y que, con 36 años y muchos kilómetros en sus maltrechas piernas, igualará en el ranking de presencias olímpicas en el baloncesto al brasileño Oscar Schmidt, el australiano Andrew Gaze y el cubano Teófilo Cruz.

La misma cifra alcanzará el atleta Bernard Lagat, de 41 años, que compitió en los Juegos de Sydney y Atenas como keniano y en Pekín, Londres y ahora Río como estadounidense, siendo el atleta de más edad del equipo de las barras y estrellas en 2016 y el segundo de siempre. Anthony Ervin tiene solo 35 años, pero se ha convertido al ganar la plaza para Río en el más veterano nadador olímpico de Estados Unidos desde 1904.

El más veterano dentro de la delegación española es He Zhi-Wen, conocido por todos como Juanito, que con 54 años vivirá sus cuartos y últimos Juegos Olímpicos en la modalidad de tenis de mesa de la que será también el jugador más viejo en Río. Aunque el jugador nacido en China piensa que “a mi deporte se puede jugar hasta los 80”, tiene claro que este es su punto final. También debería ser el de Ruth Beitia, que con 37 años acude a sus cuartos Juegos con serias opciones de hacerse con una medalla.

La ciclista estadounidense Kristin Armstrong defenderá sus dos oros contrarreloj con 42 años. Carolina Rodríguez, con solo 30 años, será la abuela de la gimnasia rítmica. Y la coreana Oh Yongran aún ocupará la portería de balonmano a sus 43 años con cuatro Juegos a la espalda.