Alemania3
Eslovaquia0
ALEMANIA: Neuer; Kimmich, Boateng (Min. 70, Höwedes), Hummels, Hector; Kroos, Khedira (Min. 76, Schwenteiger); Müller, Özil, Draxler (Min. 70, Podolski); y Mario Gómez.
ESLOVAQUIA: Kozacik; Pekarik, Skrtel, Durica, Gyomber (Min. 84, Salata); Hrosovsky, Skriniar, Hamsik; Kucka, Duris (Min. 64, Sestak) y Weiss (Min. 46, Grejus).
Goles: 1-0: Min. 7, Boateng; 2-0: Min. 43, Mario Gómez; 3-0: Min. 63, Draxler.
Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Mostró cartulina amarilla a Skrtel (min. 12) y a Kucka (min. 89) por parte de Eslovaquia, y a Hummels (min. 67) por parte de Alemania.
Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final de la Eurocopa de Francia disputado en el Stade Pierre-Mauroy de Lille ante cerca de 50.000 espectadores.
lille - Alemania se clasificó para los cuartos de final y reafirmó su papel de favorito tras golear a Eslovaquia, un equipo que hacia del minuto siete ya ondeaba con fruición la bandera blanca. Al minuto siete Kroos sacó un córner y el rechace lo enganchó Boateng desde fuera del área, el balón lo desvió ligeramente un defensor eslovaco y se coló raso en la portería de Atús Kozácik, haciendo inútil su estirada.
Resulta que Boateng, que anotaba de esta guisa su primer tanto con la Die Mannschaft, estaba solo en la línea de rechace. Craso error y prueba de lo evidente: Eslovaquia salió tan temerosa de su rival que se metió enterita en su área, desatendiendo otras razones futbolísticas tan importantes como estar pendiente de evitar una segunda jugada.
Antes de caer el primer gol germano Khedira estuvo a punto de batir la portería rival, dejando claro que el rodillo quedaba activado desde el pitido inicial. Nada de tanteos ni especulaciones protocolarias. Alemania sacaba a relucir su sempiterna imagen de máquina y Eslovaquia se quedaba sin plan, resistir y esperar la suya, obligada muy pronto a remar a contracorriente. Demasiado océano por delante para un equipo que ya estaba suficientemente satisfecho con haberse clasificado para los octavos de final.
Se trataba entonces de hacer un buen papel frente a los actuales campeones del mundo, evitar la humillación en suma, extremo en el que finalmente no cayeron porque la selección alemana no necesitó en ningún momento acrecentar el ritmo de su trituradora.
A los doce minutos Özil desperdició un penalti, que lanzó demasiado telegrafiado, así que Kozácik intuyó su trayectoria y acertó a desviar la pelota. Fue Skartel, el duro central del Liverpool, quien cometió la infracción arreando un empujón descarado a Mario Gómez en una acción demasiado visible para el colegiado.
Esa fue otra de las novedades del seleccionador germano Joachim Löw. Apostar por la figura del delantero centro puro, prescindiendo de Mario Götze, y dando la alternativa a Julian Draxler, sin duda el mejor hombre del partido.
Maravilla Draxler La jugada le salió redonda a Löw, porque la presencia de estos futbolistas insuflaron arte y potencia a la selección germana, que hacia el minuto 42 cerró definitivamente el encuentro con el segundo gol, anotado por el ariete de origen granadino tras una excelsa jugada de Draxler por la banda izquierda, una zona por donde el futbolista del Wolfsburgo causó estragos, abriendo un enorme boquete en las líneas defensivas eslovacas con sus requiebros y fantasía.
Para entonces, Özil, Müller y el propio Draxler tuvieron oportunidades de batir la meta eslovaca, cuyos jugadores apenas tuvieron ocasión de asomarse al balcón de Manuel Noier, un mero espectador, entre otras razones porque el sistema defensivo montado por Löw también funcionó a la perfección.
Sin embargo el portero del Bayern tuvo la oportunidad de demostrar su enorme categoría hacia el minuto 40, cuando desvió en un alarde de reflejos un potente remate de Juraj Kucka con la cabeza demostrando que la falta de actividad no había afectado su grado de concentración. Noier tuvo otra ocasión para atestiguar su presencia en el partido al poco de iniciarse la segunda parte, cuando una jugada bien llevada por Hamsik, que apenas pudo lucir su categoría, y rematada por Kucka desde fuera del área le vino a las manos sin mayores dificultades.
Porque comenzado el segundo acto, el partido cambió algo de tono. Por un lado, Alemania se lo tomó con excesiva calma, consciente de que el partido era suyo y se trataba de contemporizar a sabiendas de que la victoria no peligraba en absoluto. Por el otro lado, Eslovaquia era consciente de que no le quedaba otra. Aprovechar la relajación de su rival para salir de la cueva y explorar los territorios de Noier, al menos para tentar a la suerte.
el corolario No duró demasiado la iniciativa eslovaca. Alemania regresó a su registro habitual, es decir, a modo rodillo. Draxler puso corolario a su gran partido anotando el tercer gol, de volea, enganchando el balón lanzado por Kroos desde la esquina y peinado ligeramente hacia atrás por Hummels.
Tanto el centrocampista del Real Madrid como su antecesor, Sami Khedira, ejercieron un perfecto control sobre el centro del campo. Kroos pudo redondear su actuación con un cuarto gol, cuando el encuentro caminaba a su final entre la impotencia y resignación de los eslovacos y un cambio de registro en los alemanes, que activaron el modo rutina, adueñándose de la pelota y manejándose por el terreno de juego con absoluto dominio de la situación.
Pese a que el ritmo no fue trepidante y hasta el próximo sábado no disputarán el choque de cuartos de final, Joaquim Löw decidió refrescar el equipo dando descanso a Boateng. También sustituyó a Draxler por Lukas Podolski, más que nada para que en su camino hacia los vestuarios recibiera la ovación de la hinchada germana por su gran partido.
A diferencia de Francia, el otro gran favorito, Alemania solventó con pasmosa facilidad su compromiso de octavos. La selección española, si hoy elimina a Italia, tendrá que ofrecer su mejor cara. El campeón del mundo está en forma.