Bilbao - Iker Irribarria (Arama, 1996) está inmerso en una vorágine. Las semifinales del Manomanista le pueden catapultar a un éxito inesperado. Se la juega el próximo domingo 15 de mayo ante Oinatz Bengoetxea en Eibar.
Se encuentra en las semifinales del Manomanista tras poco más de quince meses en el profesionalismo. ¿Hace un año se le pasaba por la cabeza algo así?
-¡Ni se me pasaba por la cabeza estar en el campeonato! Pero me encuentro muy a gusto por cómo estoy jugando y cómo me están saliendo las cosas durante este último mes de competición.
Está teniendo una actuación inmejorable y ha ganado con holgura en el resultado en todos sus encuentros disputados. Derrotó además a Aimar Olaizola en cuartos. ¿Fue más fácil de lo que esperaba?
-Sí. No me esperaba ni ganarle. Salieron las cosas bien. Es en estos momentos cuando hay que aprovechar. Hay momentos malos en los que, aunque entrenes mucho, no cosechas resultados y, por tanto, tenemos que disfrutar de este momento.
Olaizola II es un pelotari situado en la cúspide y no sé si notó durante su eliminatoria que, aun llevando ventajas importantes -1-7 y 8-18-, hay siempre peligro de que dé la vuelta al marcador.
-Sin duda. Son pelotaris que están a un grandísimo nivel, son los mejores. Nosotros, los jóvenes, vamos para arriba, pero todavía nos queda mucho por andar para subir a ese nivel. Así, contra Aimar siempre tienes ese miedo, a relajarte y que te haga cinco tantos en un minuto. Pueden ser Aimar, Irujo o cualquiera. Por tanto, uno no puede bajar el ritmo.
Entonces, aunque ha exhibido una pegada espectacular, ¿considera que la concentración ha sido una de sus mayores virtudes?
-Creo que he mejorado bastante. Antes había partidos que en cinco o seis tantos me iba. Ahora soy mucho más constante. En el primer partido del mano a mano, de hecho, regalé bastante, pero he ido cogiendo poco a poco confianza y voy ascendiendo.
El partido contra Aimar Olaizola ha amplificado el eco mediático sobre usted, ¿cómo lo lleva?
-Si no lo llevas bien, mal andas. Es diferente, son cosas nuevas y hay que hacerse poco a poco. No es mala señal. Si eres el mejor, la gente está más encima. Cuanto más arriba estás, hay más movida.
Aun así, con los pies en el suelo, ¿no?
-Sí. Soy el mismo que la semana pasada. He ganado a Aimar, sí, muy bien, pero tengo que seguir trabajando igual igual. Aquí no se acaban las cosas. Sigo entrenando del mismo modo y trato de ser humilde y ser realista.
¿Considera que se corre demasiado con los pelotaris jóvenes como usted, tildándoles de estrellas muy rápido?
-No solo en la pelota. También en el resto de facetas de la vida. Para ser el mejor, hay que tener un proceso muy largo. Aimar e Irujo han tenido su proceso también y al final han conseguido llegar muy alto. Pero yo acabo de empezar, no he hecho nada y todavía me queda mucho camino por andar y muchas cosas por aprender.
Hablaba antes de la concentración, ¿en qué otros aspectos considera que ha mejorado su juego durante estos quince meses como profesional en Aspe?
-No lo sé. Hemos trabajado mucho y ese entrenamiento diario se convierte siempre en mejora. A ver si sigo mejorando como hasta ahora y subir más arriba.
¿Se considera un pelotari asentado en Primera?
-Creo que todavía me queda muchísimo trabajo, porque esto acaba de empezar. Esto no es jugar solo el campeonato de Primera, sino hacerlo muchos años y asentarte ahí. Todavía soy muy jóvenes para eso y necesito tiempo y trabajo para conseguirlo. Hay que demostrar durante los años que uno está entre los mejores profesionales.
¿Quién y qué consejos le dan en su entorno?
-Las personas de la familia son los primeros que me dan consejos. Siempre están ahí. Nunca fallan. En los mejores y en los peores momentos me acompañan. Desde la empresa, Jokin Etxaniz y Jon Apezetxea me dicen que vaya con las cosas claras y muy tranquilo. Son una gran ayuda.
De hecho, Apezetxea sustituyó en el último partido a su tío Igor Olazabal en la silla de botillero. ¿A qué se debe el cambio?
-Mi tío me dijo que ya eran palabras mayores y que prefería ver el partido con tranquilidad y disfrutar. Cuando uno está en la silla, no disfruta lo mismo, hay tensión. A la empresa le dije que prefería o a Etxaniz o a Jon.
Se encontrará en la semifinal con Oinatz Bengoetxea el domingo 15 de mayo en el Astelena de Eibar. El leitzarra es un pelotari muy distinto a Olaizola II.
-Igual tiene menos golpe, pero es un artista delante. Es un pelotari muy complicado. Pero, como digo siempre, si sales a la cancha siempre tienes oportunidad de ganar.
Son unas semifinales del Manomanista y habrá presión. ¿Le puede pasar factura?
-Los días previos siempre suelo estar tranquilo. Cuando te empiezas a poner los tacos con ellos, la tensión aumenta y tiene que hacerlo, es lo normal, pero hasta un límite. En eso, intentaremos mejorar también.
Ha demostrado que no se achanta y que tiene fe en sus posibilidades. ¿Le hace crecer?
-Si no tienes fe en ti mismo, no vas a llegar a nada. Las oportunidades que tienes hay que aprovecharlas aunque sea difícil conseguir tu objetivo. Por lo menos, hay que intentarlo y así saldrás contento de la cancha.
En los deportes individuales es esencial.
-Es vital. Si no crees, no puedes hacer nada. Si crees, tienes una oportunidad. Hay que tener desparpajo y, cuando uno es joven, más.