vitoria - Detrás de muchos jugadores de baloncesto hay una conmovedora historia de superación que siempre merece la pena ser resaltada. Drake Diener, escolta del CAI que fue designado MVP de la Lega italiana en la campaña 2013-14 ante el que hoy se ve las caras el Laboral Kutxa, no es un jugador cualquiera que haya circulado precisamente a través de una alfombra roja a la hora de alcanzar la élite. Llevó a cabo su formación universitaria compitiendo como Blue Demon en la NCAA con la Universidad de DePaul y soñaba con entrar en el draft de la NBA, pero su sueño de quebró de raíz por culpa de un factor externo.
Cerca de cumplir las 34 primaveras, el exterior nacido en Wisconsin ha rubricado una trayectoria notable en el mundo de la canasta -desarrollada por completo en el país transalpino- superando una traba importante. Diener sufre concretamente la enfermedad de Crohn, una dolencia digestiva crónica que le puede provocar inflamaciones desde la boca hasta el final del intestino delgado. Se le diagnosticó en el año 2005 tras acudir a un hospital. Lo que, en principio, parecía una simple visita al estar aquejado de unos fuertes dolores de estómago y con problemas de respiración terminó desembocando en el peor trago de su vida.
Dado que no es una enfermedad muy común, los médicos tardaron dos meses en identificar cuál era su problema exacto. Y todo ello después de investigar a otros miembros de su familia. Los primeros exámenes apuntaban a la existencia de un tumor, pero finalmente éste fue descartado de pleno. Diener permaneció una campaña entera sin jugar y perdió la friolera de 30 kilos, pero no quiso rendirse. Su pasión por el baloncesto le empujó a iniciar una costosa rehabilitación.
mentalmente más fuerte “Creo que esto me hizo ser un jugador mentalmente fuerte y tener una perspectiva diferente sobre lo que posees y qué es lo más importante. Eso se traslada al baloncesto porque aprecias lo que haces. Con la medicación me fui encontrando mejor y pude volver a jugar. No se puede curar del todo, pero durante la mayor parte del tiempo no tengo grandes problemas”, reconoce Diener, un escolta de 1,96 metros que ha disputado sus nueve años como profesional en diferentes equipos italianos (Ticino, Orlandina, Montepaschi Siena, Avellino, Teramo, Sassari y Reggiana).
El apellido Diener es sobradamente conocido dentro del baloncesto estadounidense. El actual escolta del CAI heredó la pasión por el baloncesto de su padre y de su tío, ambos entrenadores. Sin embargo, ha sido un primo suyo quien tiene el honor de haber completado una carrera más prolífica. Travis, un base con buena mano recientemente retirado con el que Drake compartió equipo en el Sassari y que ahora ostenta el cargo de director de operaciones de la Universidad de Marquette- militó varias temporadas en la NBA a un buen nivel.
Tanto se implicó en Italia a la hora de ayudar a los jóvenes que padecen su misma enfermedad -alrededor de 200.000 niños de entre 18 y 25 años están afectados- que Diener ha sido galardonado recientemente por la Asociación MiCro Onlus. Su fama de triplista le convierte en una de las grandes amenazas para el Baskonia, si bien su muñeca está tardando en entrar en calor esta campaña.