Eneko Llanos por fin pudo quitarse ayer la espina que desde hacía cinco años se le clavaba cada vez un poco más en la garganta cada vez que le tocaba participar en el Ironman de Hawai, el Campeonato del Mundo de la especialidad. Tras su sensacional segundo puesto en 2008 y otras tres presencias entre los diez mejores, desde el año 2010 la prueba de Kona se le había atragantado al vitoriano, que acumulaba tres abandonos en sus cuatro últimas participaciones. El sábado, por fin, pudo desquitarse de todas esas malas sensaciones que venía arrastrando y el séptimo puesto final le supo a pura gloria. Después de 8 horas, 28 minutos y 10 segundos; tras haber superado 3,8 kilómetros nadando, 180 sobre la bicicleta y 42,125 de maratón; ganada la partida a la competición y a la propia resistencia, Eneko Llanos se reafirmaba de nuevo como uno de los grandes especialistas de este triatlón extremo en un Ironman en el que el alemán Jan Frodeno (8.14.40) se proclamó campeón mundial en este año 2015 refrendando su dominio durante toda la temporada por delante de su compatriota Andreas Raelert y el norteamericano Timothy O’Donnell.
“Sienta muy bien volver a estar en carrera en Kona. Un séptimo puesto después de unos cuantos años de desilusiones en Hawai me hace mucha ilusión y estoy muy, muy contento”, declaró el vitoriano que cruzó la meta dedicando su sensacional actuación a Ruth, su pareja, y a su retoño Jon.
Eneko Llanos recuperó su versión de las grandes ocasiones, la que le había abandonado en las últimas apariciones en Kona. Ya en la prueba de natación, en la que empleó 52 minutos y 36 segundos, consiguió meterse en el amplio grupo perseguidor de Jan Frodeno y Andy Potts, que marcaron la referencia en el agua con casi dos minutos menos que sus seguidores. Sobre la bicicleta, su gran especialidad, el triatleta alavés tardó 4 horas 26 minutos y 56 segundos en recorrer los 180 kilómetros, firmando el tercer mejor registro del día entre los aspirantes al podio solo por detrás de Sebastian Kienle y Timothy O’Donnell.
Llanos terminaba cuarto los dos primeros sectores, pero los especialistas en el maratón aprovechaban el tramo final de carrera a pie para remontar posiciones y el vitoriano, con 3 horas 4 minutos y 10 segundos en este último parcial, conseguía finalmente el séptimo puesto, una clasificación que celebró con enorme alegría. Y es que, tras muchos años de sufrimiento, la durísima prueba de Kona le recompensaba por tantos sacrificios.