gap (francia) - Llegan los Alpes, la hora de le verdad en el Tour de Francia. El británico Chris Froome entra en la montaña como líder sólido y será el foco de los ataques de un grupo opositor que sueña con lucir la prenda dorada en París, encabezado por Nairo Quintana, Alberto Contador, Alejandro Valverde y Tejay Van Garderen. Movistar, con Quintana y Valverde segundo y cuarto en la general, tendrá mucho que decir en la “Operación Froome”. El colombiano quiere cambiar el color blanco de mejor joven por el amarillo de mejor corredor de todo el Tour. Si alguien apuesta por el ataque de lejos, ese podría ser Alberto Contador. El madrileño parece no tener las piernas de antaño cuando las cuestas son muy empinadas, pero mientras tenga un gramo de fuerza, atacará.
Cuatro etapas de montaña, tres finales en alto, puertos míticos y, uno de ellos, el Alpe D’Huez la víspera de entrar en París, servirán de escenario para que el líder defienda su condición y para que los rivales traten de derrocarlo. Pero, ¿cómo, dónde, cuando?.
Froome ha sido superior a todos en las dos primeras semanas. La exhibición de La Pierre Saint Martin en el estreno pirenaico, es la base de un colchón mínimo de 3 minutos que obliga a sus enemigos a basar sus opciones en la estrategia, en busca de una gesta, ya que admiten que en el cara a cara el británico es superior.
Froome y su equipo están mentalizados para la batalla, que les puede llegar en un descenso, con un ataque de lejos o en un ascenso que encuentre alguna debilidad en el maillot amarillo quien, de momento, ha respondido a cualquier sublevación, por pequeña que fuese. Hay quien está rezando para que llueva, a ver si se ablanda el rubio del Sky.
El “escarabajo” se la jugará en su terreno, los ascensos largos, y deberá encontrar el “espíritu del Terminillo”, aquel arranque bajo la nevada en la Tirreno Adriático que dejó helados a Contador y Nibali, entre otros. Si Nairo llega con opciones al Alpe D’Huez, se podría vivir el mayor espectáculo del mundo.
¿Alguien se anima a atacar en un descenso?. El dedo señala al italiano Vincenzo Nibali. Sin duda lo hará porque por algo es un gran especialista en bajadas, pero en este caso el lastre que pesa sobre el siciliano es muy pesado, nada menos que 7.49 minutos de retraso.
Valverde se encuentra como no se le recuerda en un Tour, pero no olvida que se debe a Quintana. El primer objetivo podría ser desalojar al americano Van Garderen del tercer puesto. - Efe