Arrate - ¿”Queréis subir conmigo al podio, tetes?” Elsa, ilusionadísima, se apunta rápidamente y asiente antes de plantar un dulce beso en la mejilla de su padre. Pablo duda en un primer instante, pero tampoco hace falta demasiado tiempo para convencerle. “¿Venís conmigo entonces? Pues vamos”. Y así fue cómo los hijos de Joaquim Rodríguez conocieron desde lo más alto otro podio. Como aquel de 2013 en los Campos Elíseos, con una multitud agasajando a su padre tras ser tercero en la general final del Tour de Francia, en el que estrecharon solemnemente la mano del vencedor Chris Froome. O el del año pasado en la Volta a Catalunya, el último que Purito había pisado hasta hace dos días en Zumarraga. Ayer descubrieron el de Arrate, que tiene también su solera. Mucha. Mientras sus abuelos y su madre aplaudían desde abajo allí estaban ellos, en lo más alto, orgullosos, sonrientes, sobrados de desparpajo, como si conocieran al dedillo el protocolo. Cuándo aplaudir, cuándo saludar, incluso cuándo bailar al son de la música. Pablo no tarda en echarle mano a la camiseta del Eibar que Jon Errasti, centrocampista del conjunto armero, regala a su padre, se la enfunda nada más bajar las escaleras y posa sonriente ante cualquiera que quiere sacarle una foto. “Es muy grande para ti, parece que llevas vestido”, le dice, divertida, su hermana ante las risas de los presentes.
Joaquim Rodríguez observa la escena divertido, orgulloso de la simpatía y desparpajo de sus dos pequeños fenómenos. “Ya había sido dos veces segundo aquí y a la tercera tenía que ser la vencida”, afirma encantado un corredor que el miércoles reconocía que el año de sequía de victorias le había parecido una década y que en esta Vuelta al País Vasco ya ha levantado dos veces los brazos en apenas 24 horas. “No sé si alguna vez he ganado dos etapas seguidas”, reconoce, añadiendo que “es especial ganar en Arrate, como ciclista te llena muchísimo. En el País Vasco pueden cambiar muchos recorridos pero la etapa de Arrate siempre es igual y el que gana aquí siempre queda marcado. Sufrí muchísimo en 2012 cuando perdí, me dolió mucho porque me preguntaba cuándo me iba a poder llegar esta victoria y ganar hoy me da tranquilidad”. El corredor del Katusha asegura, sin embargo, que este nuevo triunfo “no cambia nada de nada de cara a la clasificación general”. De hecho, suelta coronada con una carcajada una frase que es toda una declaración de intenciones de lo que puede estar por llegar: “Si también gano mañana (por hoy) en Aia, como si no salimos en la contrarreloj final”.
Y deberían preocuparse seriamente los que quieren luchar hoy por el triunfo de etapa, pues Purito asegura que “la de Aia es la etapa que más me gusta de todas y veremos si me recupero del desgaste de estos dos días, pero para mí ya ha sido un País Vasco buenísimo. Para nosotros será otra clásica, se parte de cero. Repito que es la etapa que más me gusta, pero a veces lo que más te gusta no lo puedes conseguir. Yo voy a luchar sin pensar en la clasificación general. Ya veis que ni nos preocupa quién entra en las fugas, solo queremos llegar enteros al final. En la crono, por muy bien que estés, es complicado batir a corredores como Kwiatkowski”.
Valverde y 2012 Sincero y directo, el de Katusha no ocultó que se veía muy fuerte y con muchas opciones de victoria, pero tampoco que tuvo momentos de duda por el desarrollo de la etapa en su tramo final. “Tuvimos bastantes problemas en los últimos 30 kilómetros. Después de tener que cambiar de bicicleta nos ha costado mucho empalmar con el pelotón y la caída de Ángel (Vicioso) nos ha estropeado la táctica del equipo, por lo que en el último puerto iba con un poco de miedo de no pagar el desgaste, pero me he encontrado bien. Cuando ha arrancado Henao creía que iba a salir Quintana a por él, así ha sido y le hemos aguantado bien. Llevábamos a Ilnur Zakarin por delante e íbamos manteniendo las distancias con la idea de que, si llegaban, el chaval pudiera lucirse y, si no lo lograba, que Spilak me echara una mano”, analizó.
Tampoco negó que en los últimos metros se le llegó a pasar por la cabeza lo ocurrido hace tres años en la misma llegada y que tenía cierto temor ante la posibilidad de que la historia pudiera repetirse. “Sabía que tenía que entrar rápido en las dos últimas curvas porque he visto que había gente buena como Rui Costa, que era el más rápido de mis rivales. Cuando ha arrancado Quintana he visto que tenía un problema mecánico, como si se le saliera la cadena, y he tenido que pasar por la izquierda jugándome un poco el tipo porque estaba muy pegado a la cuneta. Si entras en las vallas primero o eres muy malo, como me pasó a mí en 2012 que me ganó Alejandro Valverde convirtiéndome en el único corredor de la historia de Arrate en no ganar entrando primero en esa zona, o es muy difícil perder. ¡Habéis visto que ni me he soltado de manos no fuera a ser que me viniese otro por detrás como aquel año, ni quería pensarlo!”, apuntó, con un nuevo podio en su currículum, antes de retirarse hacia el autobús acompañado de su familia.