vitoria - Cualquier moneda tiene su cara y su cruz y el pasado fin de semana el deporte alavés identificó a los receptores de cada una de las dos versiones de esta realidad. De esta manera, el Garlan Legumbres Eharialdea y el Saénz Horeca Araberri se convirtieron en polos opuestos. Mientras el primero disfrutaba por todo lo alto de la agónica permanencia conquistada en el último encuentro de la temporada, el segundo no podía hacer nada por certificar su descenso cuando aún restan cuantro encuentros para la conclusión del ejercicio.

La alegría desbordada tuvo como escenario la pista del Lakua 03-Sansomendi en el que el Ehari ha ejercido de local en el año de su estreno en la Divión de Honor Plata del balonmano español. Fiel a su política de apostar por la cantera y dar la oportunidad a las chicas de la casa, el equipo dirigido por Iñaki Santamaría ha luchado a brazo partido durante todo el ejercicio hasta llegar al ansiado objetivo final. Pese a las muchas dificultades que han debido superar por el camino las integrantes del Garlan no han perdido en ningún momento la fe y, gracias a ello, volverán a estar la próxima campaña en la segunda categoría de este deporte.

Todo lo contrario de lo que le ha ocurrido al Araberri que, tras empezar la Liga con una esperanzadora victoria, se ha desmoronado como un castillo de naipes. Un pírrico balance de dos triunfos en 24 partidos obliga al equipo vitoriano a despedirse de la LEB Plata tras cuatro cursos en esta división.