Pamplona - Las declaraciones judiciales del pasado viernes de los exdirectivos de Osasuna implicaron incluso al departamento de Hacienda del Gobierno de Navarra, cuya labor como vigía e inspector fiscal de todos los navarros quedó seriamente cuestionada después de las confesiones que ante el juez Fermín Otamendi realizaron el exgerente de Osasuna, Ángel Vizcay, y el que fuera presidente del club durante una década, Patxi Izco, quien dijo haber paralizado un expediente fiscal tras hablar con un consejero del Gobierno de Navarra. “Hacienda miró para otro lado”, aseguró textualmente Izco en el juzgado.
Vizcay, como ya hizo en su confesión ante la Liga de Fútbol Profesional, reveló que en una inspección realizada por Hacienda relativa a los movimientos de billetes de 500 euros abrió un expediente por una salida de 300.000 euros del club en la temporada 2008-2009. Esa operación levantó las sospechas en la Hacienda foral, que abrió un expediente para averiguar los motivos de esa salida de dinero y contactó con el entonces gerente, quien tiró balones fuera e implicó al presidente Izco, quien según él fue quien le ordenó retirar dicha cantidad. Vizcay facilitó al juez el nombre y apellidos del inspector de Hacienda que se interesó por aquel asunto.
Mediación del expresidente Tras la manifestación de Vizcay, el expresidente Patxi Izco fue interrogado por este particular y no tuvo reparos en asegurar que había intercedido a través de un alto cargo del Ejecutivo foral para paralizar el expediente. De hecho, el entonces presidente afirmó que había hablado con “un consejero” (en aquel momento al frente de Economía y Hacienda estaba Álvaro Miranda, aunque Izco no citó ningún nombre). Tras ello, “Hacienda miró para otro lado”, aseveró el expresidente ante el asombro del magistrado. Al ser preguntado por el destino de esos 300.000 euros, Izco tampoco supo dar explicaciones sobre su destino y dio a entender que eran para gastos del club.
En la confesión efectuada por Vizcay ante la LFP llegó a reconocer que en la época de Izco no era Vizcay quien realizaba las salidas de dinero, sino que las hacía directamente Izco o el que fuera su director general financiero, José Gómez. En torno a esa partida de 300.000 euros respondió que también había ido destinada a cuestiones de tesorería, por lo que pese a que el propio exgerente sospechaba que ese dinero podía ser para amañar partidos no lo llegó a vincular directamente con ningún encuentro, salvo el Osasuna-Murcia.