BILBAO. El presidente de la Federación vasca de Herri Kirolak, Bernardo Ureta, y el asesor de esta organización, José Luis Fernández Arribas, han comparecido en una comisión parlamentaria para, a petición del PP, dar su opinión sobre el caso de dopaje de una pareja de bueyes que fallecieron durante unas pruebas de deporte rural en Erandio el pasado mes de agosto.
Los análisis de las muestras extraídas de los cuerpos de los animales detectaron anfetaminas en sus riñones y sangre, y la Diputación de Bizkaia abrió un expediente sancionador al propietario de los bueyes.
En primer lugar, Bernardo Ureta ha dejado claro que esa prueba de Erandio no estaba organizada por la Federación, como otras muchas que son celebradas por promotores a iniciativa privada, lo que "dificulta" la persecución del dopaje.
Además, ha explicado, las pruebas para detectar sustancias dopajes en personas se pueden hacer fuera de las competiciones pero en animales esos controles son "mucho más difíciles".
A todo ello se suma, ha asegurado Fernández, que todo este asunto es "un entramado bastante complejo" en el que intervienen la federación vasca, las territoriales, el Gobierno Vasco y diferentes departamentos de las tres diputaciones forales.
También es "complicado" para la federación vasca ejercer dicha función de control por los medios económicos que supone llevarla a cabo.
Por ello, han pedido que se desarrolle un marco normativo que "clarifique" la actual legislación, que se concreten las funciones de colaboración de las administraciones y de la Federación, y "cierta dotación presupuestaria" para controlar el dopaje en este tipo de pruebas.