Doha (Qatar) - La selección española de balonmano logró la clasificación para los cuartos de final del Mundial de Qatar, ronda en la que se enfrentará el próximo miércoles al ganador del duelo de esta tarde entre Islandia y Dinamarca (19.00 horas, Teledeporte). España superó los octavos al derrotar ayer a Túnez (28-20) en un encuentro en el que dio una lección defensiva. Ni la impresionante puesta en escena de los ruidosos aficionados tunecinos, ni los corpachones de los jugadores norteafricanos, ni tan siquiera la responsabilidad de afrontar un duelo sin margen de error. Nada alteró el pulso de una selección española que demostró por qué es la actual campeona del mundo. Una madurez que permitió a España adueñarse desde el primer momento de un encuentro en el que los pupilos de Manolo Cadenas dieron una exhibición defensiva en la primera mitad, con un Gonzalo Pérez de Vargas estelar en la portería. Si ya ante Brasil y Eslovenia el joven guardameta dio muestras del inmenso talento que atesora, ayer lo volvió a confirmar. Lo demuestran las ocho paradas, incluida una de penalti, con las que el cancerbero toledano, de 24 años casi recién cumplidos, cerró una primera parte en la que España solo concedió 9 goles a su rival.

La estadística reflejó el extraordinario trabajo defensivo de la selección española, que a base de movilidad, ayudas y salidas constantes, dejó en su mínima expresión a cañoneros de la talla de Bannour y Sanai, que no anotaron ni un solo gol en el primer tiempo. No le fue mucho mejor al veterano pivote Issam Tej, otro de los referentes ofensivos del equipo tunecino, que firmó un único tanto en el primer período, superado una y otra vez por una defensa española que tuvo piernas para salir tanto a los lanzadores como para cerrar la línea de seis metros. Su inexpugnable defensa permitió a España afrontar cada uno de sus ataques con la tranquilidad necesaria para encontrar la mejor solución posible. Con 9 tantos de renta al descanso (18-9), la selección pudo dosificar esfuerzos pensando en compromisos futuros y más exigentes. De momento ya está entre las ocho mejores selecciones del mundo y a un paso de asegurarse su participación en uno de los torneos preolímpicos, para los que tendrán plaza las siete primeras selecciones del Mundial de Qatar (la campeona sacará billete directo para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016). Con una actuación sobresaliente, España inauguró con éxito su participación en las eliminatorias directas de un Mundial en el que defiende título y en el que, tras alcanzar su primera meta, no pierde de vista la lucha por las medallas.