barcelona - La legendaria tonadillera Conchita Piquer pasó a formar parte del acerbo popular por su famoso baúl (en realidad un montón de baúles) en donde metía de todo cuando iba de gira. Gerard Piqué también arrastra en sus viajes un enorme baúl donde tiene acumulado un considerable ajuar, pero de incidentes. El último ocurrió en la madrugada del pasado lunes, cuando fue denunciado por la Guardia Urbana de Barcelona por una falta de respeto a los agentes y por desobediencia leve. El defensa del Barça se puso en plan chulesco, según la versión de los policías, cuando éstos multaron a su hermano por una infracción de tráfico.
“Me tenéis envidia porque soy famoso”. “Me estáis multando porque vais a comisión; no tenéis dinero y os tenéis que llevar comisión”. “Esta denuncia va a quedar en nada porque llamo a tu capo y me la quita”. “Voy a hablar con tus jefes y se te va a caer el pelo”.
Estas son algunas de las frases que recogieron los agentes al formalizar la denuncia. El caso es que Piqué, lejos de entonar el mea culpa, remachó el suceso pidiendo disculpas dos días después a través de Twitter y usando con chanza una famosa frase del anterior rey español: “Se ha exagerado mucho lo que dije, pero, en cualquier caso, lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir”.
Tampoco es la primera vez que Piqué saca a relucir la figura de don Juan Carlos en uno de sus arrebatos de, digamos, tinte político, algo inusual en los futbolistas, y menos en las figuras estelares. En un partido contra el Real Madrid se encaró con los jugadores del equipo blanco y les dijo: “Españolitos, ahora os vamos a ganar la Copa de vuestro Rey”. Por cierto, en aquella final (temporada 2010-11) se impuso el Real Madrid, con un gol de Cristiano Ronaldo en la prórroga.
Porque Gerard Piqué presume de catalán y catalanista, pero hasta cierto punto. Si sus intereses chocan con el ideario político del que públicamente presume, se repliega sin complejos ni remilgo alguno. Sucedió cuando los periodistas le preguntaron si alardear de nacionalista catalán y reclamar el derecho a decidir no está en contradicción con su faceta de internacional español.
“No entiendo por qué la gente se molesta, no tiene nada que ver una cosa con la otra”, pretextó. “De mí no se puede dudar. Llevo en la selección desde los 16 años y nunca he fallado, siempre lo he dado todo. Pero otra cosa es sentirse catalán y estar a favor de la consulta, porque creo que es algo democrático que tiene que suceder”, dijo Piqué la víspera del partido de Liga de campeones ante el Apoel, el pasado 17 de septiembre.
el interés ante todo En consecuencia, al zaguero azulgrana le pareció natural su presencia en la Diada, el 11 de septiembre. “Era el día de Catalunya, la fiesta por excelencia”, dijo. Ahora bien. Sobre todo procuró que todo el mundo se enterara de su presencia en la manifestación colocando en la red social la siguiente foto (arriba, a la izquierda), donde aparece con su hijo Milan a hombros y dejando muy claro que su intención era propalar el anagrama de su partido político, que es... Nike.
Piqué, además de muy catalán, es pura contradicción. Va de culé hasta el tuétano y aspira a presidir algún día el club de sus amores. No en vano su abuelo Amador Bernabéu llegó a ser vicepresidente del Barça.
En La Masia desde los 10 años, el jugador sin embargo no tuvo escrúpulo alguno en largarse con 17 años al Manchester United (2004), con el que firmó su primer contrato profesional, dando con un canto en las narices a su querido Barça, que lo recuperó cuatro años después pagando, eso sí, 4 millones de euros al club inglés.
Emparejado con la cantante colombiana Shakira, diez años mayor que él, a quien conoció durante el Mundial de Sudáfrica, en 2010, Piqué tampoco ha tenido escrúpulo alguno en posar con ella, o en bailar sobre el escenario, y seguir sus actuaciones por Europa descuidando sus obligaciones profesionales, asunto por el cual tuvo una seria reprimenda del entonces entrenador Pep Guardiola.
Porque a Piqué le va la marcha y no lo oculta. Más bien al contrario. En el verano de 2011 colgó en internet un vídeo donde se le podía ver realizando rafting con Shakira, pero sin casco, actividad que tiene prohibida el club azulgrana. El 2 de febrero de 2012, y para festejar que él cumplía 25 años y Shakira 35 (coinciden en la fecha), no se le ocurrió otra cosa que celebrarlo en un circuito de karting, otra actividad no permitida. Y también colgó la foto de marras en internet. Tampoco esconde, sino todo lo contrario, que le encanta disparar con el AK-47, el célebre fusil de asalto Kalashnikov soviético. De momento, que se sepa, en un campo de tiro. Porque la imagen en la que se le ve pegando tiros también la ha colgado Piqué en la red.
Es tan polifacético el controvertido defensa del Barça que lo mismo le pega al póquer en plan serio (llegó a ganar 40.000 euros en una timba de cartas), que le da por hacerse el gracioso y arrojar bombas fétidas en la zona mixta (donde aguardan los periodistas) del estadio de Helsinki tras un encuentro amistoso disputado el pasado verano. Y hasta fue capaz, en plena celebración del título de campeón del mundo, en 2010, recorriendo las calles de Madrid en un autobús descubierto, de lanzar un escupitajo mientras la afición jaleaba.