Que los entrenadores José Mourinho y Arsene Wenger no se llevan bien lo atestiguan los micrófonos de las salas de prensa, donde el rencor mana sin cesar. Pero hasta ahora eran eso, cruces de palabras. Un ida y vuelta desde las distancias que conceden las nuevas tecnologías. “Wenger es un experto en fracasos”, dijo Mou como uno de los capítulos de la rivalidad entre ambos. Si bien, lo de Mourinho no es nuevo porque encuentra enemigos allá donde va. “Los tontos e irrespetuosos mensajes de Mourinho me dan vergüenza”, respondió Wenger, que no tiene problemas a la hora de morder el anzuelo del entrenador portugués.

Ayer se disputó el derbi en Stamford Bridge entre el Chelsea y el Arsenal. Las distancias entre los entrenadores las marcarían los rectángulos delimitados como áreas técnicas. Estarían más cerca que nunca. Y eso era una tentativa, sin duda, a la que no pudo resistirse Wenger, que en dos ocasiones empujó a Mourinho.

El luso explicó que durante el transcurso del encuentro quería que el preparador francés saliera de su área técnica, mientras que Wenger se justificó diciendo que solo buscaba conocer el estado de Alexis Sánchez, tendido sobre el césped tras una fuerte entrada de Tim Cahill. Fue el momento oportuno para el roce, cuando Wenger se acercó a Alexis para conocer su estado. El galo empujó entonces a Mou en la banda, con levedad. Entonces, el cuarto árbitro se vio obligado a separar a los entrenadores, que fueron amonestados y advertidos de que, si se repetía la situación, serían expulsados. El contacto fue el desencadenante de jornadas previas al derbi marcadas por los intercambios de declaraciones. Fue la pólvora para una chispa que saltó con la dura entrada de Cahill sobre el jugador chileno.

“Yo quería ir de A a B y alguien se puso delante de mí sin ningún signo de bienvenida. B era Sánchez, quería ver cómo estaba”, indicó el entrenador del Arsenal al término del encuentro. Por su parte, Mourinho, además de indicar que había cometido errores en el fútbol pero no en esta ocasión, explicó que solamente le dijo a Wenger que saliera de su zona técnica y no regresase. “El área técnica es muy clara, yo tengo la mía, el tiene la suya y no puede venir a la mía, en especial para ejercer presión sobre el árbitro a dar una tarjeta roja al jugador”, expresó el portugués.

El francés, por su parte, admitió que en los próximos días recibirá “lecciones morales” por parte de mucha gente, si bien, minimizó la intensidad del empujón y aseguró que podía demostrar qué es realmente un empujón.

El duelo sobre el terreno de juego lo venció el Chelsea, que se afianzó en el liderato de la Premier League. Diego Costa, que suma 9 goles en 7 partidos, volvió a ser determinante. Sentenció con el 2-0 el triunfo del cuadro de Mourinho.

El Chelsea fue superior aunque no cobró ventaja hasta la media hora, cuando Hazard transformó un penalti. Más tarde, Costa no faltó a su cita con el gol y en la segunda parte, en el cuarto de hora final, sentenció.

El encuentro estuvo lleno de incidentes. No en vano, además de los empujones, el portero Thibaut Courtois tuvo que ser retirado y trasladado al hospital por un golpe en la cabeza.

El Chelsea es el líder sólido de la competición inglesa. Aventaja en cinco puntos al Manchester City, que ganó en Birmingham al Aston Villa el sábado (0-2) y en seis al Southampton, superado por el Tottenham en Londres (1-0) con un gol de Christian Eriksen. En la cuarta plaza se ha instalado el Manchester United, que salió airoso de la visita del Everton. Los de Louis Van Gaal se encomendaron a David de Gea, que paró un penalti e hizo dos paradones en el 93. Di María adelantó al United. Marcó el primer tanto en el minuto 27, empató Steven Naismith en el 55 y Falcao salvó de apuros al United al marcar en el 62.