Todos estábamos esperando a la temida etapa del pavés y al final lo único que ha quedado claro es que Chris Froome ha tenido que abandonar el Tour. Caídas las ha habido y bastantes, pero curiosamente casi todas han acontecido antes de llegar a los tramos adoquinados, lo que da buena idea de la tensión que había entre los ciclistas. Tengo claro que para mí habría sido un día asqueroso si hubiese estado encima de la bicicleta... ¡Habría echado más de 40 juramentos!

Sobre la retirada de Froome, creo que ha sido más fruto de lo ocurrido la víspera que por lo de ayer. Se le veía cara de resignación cuando ha montado en el coche. El golpe que se dio el martes seguro que fue más fuerte de lo que se había dicho. Ayer también se fue dos veces al suelo y seguro que fue la gota que colmó el vaso, pero las heridas de guerra gordas venían de la víspera.

Al final, el gran beneficiado ha sido Nibali, que ha puesto el Tour más bonito merced a que Astana ha corrido muy bien. Hasta ahora era el tercer hombre y ahora es el resto el que tiene que derribarle, sobre todo Contador, que sin Froome es el ‘gallo’ número uno. Creo que Alberto ha llegado con pájara... Entre la tensión, la lluvia, el no haber comido y ser etapa corta es entendible.