La hierba de Wimbledon vuelve a ser un enorme desafío para Rafa Nadal. El tercer Grand Slam del año, que el número 1 del mundo ha ganado dos veces, se presenta desde mañana con muchas incógnitas en el tenista balear y en sus rivales. El de Manacor hizo final en 2011 ante Novak Djokovic, pero en 2012 cayó en segunda ronda ante Lukas Rosol y en 2013 en primera ante Steve Darcis. La superficie verde se ha convertido en agresiva para las rodillas de Nadal, que ha visto decaer sus resultados en hierba. De hecho, cayó a la primera hace dos semanas en Halle, sin tiempo para recuperarse del esfuerzo que supuso su noveno Roland Garros.
Nadal busca su tercer encadenamiento Roland Garros-Wimbledon, pero tendrá un debut nada fácil ante el eslovaco Martin Klizan y en segunda ronda podría encontrarse de nuevo con Rosol en la parte baja del cuadro por la que también va Roger Federer, que se presenta con el aval de su séptimo triunfo en Halle. Muchos confían en que el suizo aún tenga en su raqueta y en sus piernas un Grand Slam, que sería el octavo Wimbledon. Por el camino de Nadal y Federer pueden aparecer Wawrinka y, sobre todo, Raonic y Isner, dos cañoneros que en otros tiempos habrían sido candidatos a llegar a la final.
Los dos finalistas del año anterior, Andy Murray y Novak Djokovic, van por la parte alta del cuadro. El británico rompió la maldición de Fred Perry y defiende su título con el asesoramiento ahora de Amélie Mauresmo, la jugadora francesa que venció en Wimbledon en 2006. Murray asume que volverá a tener mucha presión, sobre todo porque en este año sus resultados han sido muy discretos, "pero trataré de disfrutar. Es una experiencia nueva para mí".
El serbio, por su parte, no ha tenido actividad desde su derrota ante Nadal en Roland Garros. Pero su solidez en la hierba no está a prueba ya que lleva cuatro años seguidos llegando al menos a las semifinales en Wimbledon, razón por la cual le han dado la condición de primer cabeza de serie.
revancha y confirmación El torneo femenino, donde falta la campeona Marion Bartoli, ya retirada, debe suponer la revancha de Serena Williams tras caer en la segunda ronda de Roland Garros ante Garbiñe Muguruza, que por su lado espera confirmar su salto a la elite. La vasco-venezolana debutará ante la estadounidense Coco Vandeweghe, que precisamente le apeó esta semana en cuartos de final en s'Hertogenbosch.