GASTEIZ - En el Giro del Trentino Mikel Landa comparte habitación con Michele Scarponi, 34 años, viejo y escarmentado, tres veces cuarto en el Giro y ganador en 2011 -después de que el TAS anulara todos los éxitos que obtuvo Contador ese año, incluida la carrera rosa-, como compartió cuarto en los veinte días de concentración en enero en Argentina, durante el Tour de San Luis. Conectaron enseguida. Y el viejo bautizó al joven: Kung Fu Landa -por los dibujos de Kung Fu Panda-. Fue la bienvenida al Astana para un ciclista que antes solo había conocido la calidez de Euskaltel-Euskadi, la vida familiar. "Y el apodo, me hizo sentir querido en un equipo donde cada uno viene de un rincón distinto del mundo", dice el alavés, un corredor del que se hablaba más por su talento que por sus conquistas. Hasta ayer solo figuraba en su vitrina la maravillosa etapa de la Lagunas de Neila de la Vuelta a Burgos de 2011. Ahora le hace compañía la del Monte Bondone, última etapa del Giro del Trentino cuya general se adjudicó Evans, donde mucho antes que él había ganado Charly Gaúl (1956) y no hace tanto, Ivan Basso.

Ya lo dijo Scarponi por la mañana. "Landa va a hacer cosas importantes en el Giro". ¿Un aviso? Algo así. Desde que comenzó la temporada, antes incluso, en pretemporada, el alavés se siente distinto. Capaz y ansioso por volver a ganar como no lo había sentido hacía tiempo. Desde Neila en agosto de 2011. O casi. En ese periodo Landa es una estrella intermitente. Fugaz. Aparecía y desaparecía. Esta temporada no desaparece. "No es que sea el mejor Landa, porque antes he tenido muy buenos días, pero sí soy más regular". Bueno, por ejemplo, todos los días de la Vuelta al País Vasco. Y bueno, mucho, los tres de montaña del Trentino. 18º en la subida a San Giacomo di Brentonico; tercero en el corto y duro muro de Roncone, y primero ayer en el Monte Bondone. "La diferencia es, o puede serlo, la madurez", explica; "provocada seguramente por el cambio de aires, el paso de un equipo familiar donde la gente estaba encima en todo momento, a uno donde buscarse la vida es una necesidad porque hay, al menos, 20 corredores que están por delante y ninguno por detrás".

De hecho, ayer, etapa reina del Trentino con la eterna escalada al Monte Bondone como colofón, Landa no era la primera opción del Astana. Ni la segunda. Estaba su amigo Scarponi, bien colocado en la general, con ganas de apretar a Evans, líder y, como el italiano, aspirante al Giro. Y estaba Fabio Aru, ragazzo de piernas alegres, 22 años y promesa transalpina. Así emprendieron la subida al Monte Bondone. Hasta que llegado el momento, Scarponi se acercó a Landa y le liberó. "Si quieres algo, inténtalo". Dice el italiano que en la habitación manda el alavés y en la carretera, él. A 3 kilómetros de la cima arrancó en busca de Franco Pellizotti y Louis Meintjes, que iban unos metros por delante, les cogió, llenó los pulmones con el aire puro de los Alpes y remató a Meintjes dentro del último kilómetro para hollar el Monte Bondone. Como antes Gaúl o Basso.

Tan arriba, a casi 1.500 metros de altitud, Landa sintió la satisfacción y el gozo de volver a sentirse ganador, pero también, de devolverles a Martinelli y Vinokourov parte de la confianza que depositaron al apostar tan fuerte y decidido por él. Habían visto sus destellos intermitentes y tenían fe ciega. "Veían algo que ni yo mismo veía". Y que en apenas unos meses de convivencia ha visto Scarponi. Ya avisó por la mañana: "Landa va a hacer cosas importantes en el Giro". Lo de ayer en el Monte Bondone fue una advertencia a la que el alavés quita trascendencia, como si eso pesara. Así que prefiere hablar de que va a conocer el Giro, su segunda grande tras la Vuelta, y a aprender. "Aunque es cierto que voy por el buen camino y si tengo alguna oportunidad...".

Antón, sin podio Al Giro irá Landa directo desde el Monte Bondone. Como casi todos, como Evans, que gana la general del Giro del Trentino y es una de las alternativas al temible Nairo Quintana, que está ya de regreso en Europa tras un periodo de concentración en su casa de Colombia para reaparecer la próxima semana en el Tour de Romandía. El colombiano tendrá a su disposición a Igor Antón, fuerte en la montaña durante todo el Trentino hasta que sucumbió ayer en el Monte Bondone, se dejó algo más de tres minutos con Landa y las opciones del podio al que aspiraba.

Cuarta etapa

1. Mikel Landa (Astana)4h49:39

2. Louis Meintjes (MTN)a 10''

3. Franco Pellizotti (Androni)a 35''

4. Przemyslaw Niemiec (Lampre)a 41''

5. Cadel Evans (BMC)m.t.

17. Igor Antón (Movistar)a 3:08

General final

1. Cadel Evans (BMC)14h14:03

2. Domenico Pozzovivo (Ag2r)a 50''

3. Przemyslaw Niemiec (Lampre)a 1:01

10. Mikel Landa (Astana)a 1:32

11. Igor Antón (Movistar)a 3:28

32. Amets Txurruka (Caja Rural)a 12:26